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El aire que se respira en siete de cada diez edificios de Vizcaya «no supera los controles de calidad ambiental», lo que generalmente se traduce en «problemas de salud» para los residentes del inmueble. En la mayoría de los casos, se trata de «deficiencias en el sistema de climatización» y en el «mantenimiento de las instalaciones», según explicó el presidente de la Asociación Vasca de Calidad Ambiental Interior (AVECAI), Jesús Martínez. «Las consecuencias son mucho más graves de lo que nos imaginamos», advirtió Martínez, durante la presentación del II Congreso Internacional de Calidad Ambiental Interior.

Un mal uso del aire acondicionado puede producir «letargia, dolor de cabeza, irritación ocular, estornudos y obstrucción nasal», pero también provoca la aparición de hongos tan peligrosos como el aspergillus o la temida legionella. «Teniendo en cuenta que una persona pasa el 80% de su tiempo dentro de un edificio es importante que se tomen medidas que garanticen el mantenimiento higiénico de los inmuebles», recordó el presidente de AVECAI.

Según explicó ayer la presidenta de la Federación Española de Empresas de Calidad Ambiental Interior (FEDECAI), Gloria Cruceta, la mayoría de los circuitos de climatización que se instalan en los edificios «utilizan siempre el mismo aire, ya que renovarlo supone un gasto energético que muy pocos están dispuestos a pagar. ¿Qué se consigue con esto? Que cuando un trabajador de la primera planta sufra una gripe se la contagie a otro de la novena a través del aire».

De hecho, el 30% de las consultas realizadas en la red de asistencia primaria están «directamente» relacionadas con problemas de salud provocados por la mala calidad del aire que se respira en el interior de los edificios. «Sin embargo, casi nunca se relacionan con un problema de contaminación ambiental».

Otro de los aspectos que más influye en la calidad del aire es el tipo de materiales utilizados en la construcción del edificio. El amianto, por ejemplo, es «una sustancia altamente cancerígena» que fue muy utilizada en las viviendas de los años 60 y 70. En la actualidad está prohibido, pero todavía existen inmuebles que conservan restos de amianto. «En EE UU, país pionero en la instalación de sistemas de calidad, el valor de las viviendas se mide por los materiales utilizados», señaló Cruceta.

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Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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