Afonías y enfermedades psiquiátricas, entre las que destacan el estrés y la depresión, figuran entre las patologías más comunes del profesorado no universitario, según revela una amplia investigación realizada por el sindicato UGT. La central sostiene que los resultados de este informe, en el que no se aprecian diferencias significativas entre autonomías, revelan la necesidad de adaptar el actual cuadro de enfermedades profesionales del sector a las recomendaciones de la Unión Europea.
«Es cierto que determinadas enfermedades, como las cardiovasculares, están ligadas a la edad, pero el hecho de que se den en mayor medida entre el profesorado debería ser un elemento de reflexión para la Administración pública», explicaron ayer en Bilbao los dirigentes sindicales Manuel Gil Mellado y Luis Santiso. El documento que presentaron en rueda de prensa es el resultado de una investigación que contó con la participación de 742 docentes de la red pública de Educación Infantil, Primaria y Enseñanza Segundaria Obligatoria.
El estudio buscaba, entre otros objetivos, la elaboración de un catálogo de enfermedades profesionales ligadas al ámbito de la educación y hacer una estimación de los costes labores y las consecuencias que tienen las lesiones relacionadas con la actividad profesional. Los datos recogidos excluyeron de las causas por baja las relativas a embarazo y maternidad para «no distorsionar su interpretación».
Casi seis de cada diez docentes han estado de baja en más de dos ocasiones a la largo de su vida laboral. Cada uno de esos periodos de retiro por enfermedad se ha prolongado, según este trabajo, durante casi un mes, una media de 27,84 días. El 60% de las veces tiene una duración inferior a quince días, pero el tiempo de recuperación necesario para un 18,6% supera el mes.
Ocho de cada diez bajas se tramitan por alteraciones de la voz (15,8% del sector, que se eleva a 20,6% entre el personal docente), lesiones músculo-esqueléticas (18,9%), operaciones quirúrgicas (13,9%) y patologías psiquiátricas (12,2%). En cifras absolutas, la depresión, el estrés y la ansiedad suponen la menor de estas cuatro causas, pero el sindicato dice que, en realidad, este tipo de dolencias «podría llegar hasta el 23,4%» porque problemas como «úlceras y contracturas enmascaran muchas veces complicaciones de tipo psiquiátrico», dijo Gil Mellado.
El sexo, la edad y las cargas familiares condicionan enormemente la salud del profesorado. Mujeres, mayores de 36 años y con hijos son, de hecho, los trabajadores del sector de la Educación que sufren más enfermedades.
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