Unos 130 empresarios, directivos y responsables en prevención de riesgos laborales participaron ayer en Gijón en la jornada Aplicación de la Normativa de Seguridad en Máquinas, organizada por por la Federación de Empresarios del Metal y Afines del Principado de Asturias (Femetal).
Este seminario fue ideado con motivo del desconcierto que produce entre los empresarios la legislación aplicable a la seguridad en máquinas, sobre todo, a raíz de la transposición de la directiva comunitaria que trata sobre este asunto.
La nueva ley establece la obligación de que las máquinas que no cumplan ciertos requisitos tengan que ser adaptadas y las que no puedan hacerlo sean sustituidas por otras nuevas. Este hecho, según el presidente de Femetal, César Figaredo, “acarrea un elevadísimo coste que podría poner en peligro la competitividad de nuestras empresas, e incluso en algunos casos hipotecar su viabilidad y futuro”.
En Asturias hay unas 19.000 máquinas, de las que el 70% fueron adquiridas antes del 1 de enero de 1995, fecha que fija la entrada en vigor para su venta de la declaración de conformidad, requisito que ahora se exige en el empleo de estos aparatos. Por tanto, más de 13.000 máquinas son susceptibles en el Principado de necesitar estas mejoras, una adaptación a la normativa que puede costar a las empresas desde unos 300 euros a 120.000 euros por aparato.
En este sentido, en la jornada de ayer se puso énfasis en la necesidad de ofrecer máxima seguridad a los trabajadores, la salvaguarda de su salud e intentar lograr el accidente cero, algo que procura la entrada en vigor de la nueva normativa.
En el lado negativo de la balanza, la necesidad de cumplir estos requisitos obliga a hacer frente a importantes costes y ha creado mucho desconcierto entre los afectados sobre qué administración tiene las diferentes competencias.
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