Aparte de la lacra de los accidentes laborales, los trabajadores que desempeñan su labor habitualmente en la provincia, así como los que lo hacen en el conjunto de Euskadi y del Estado, se enfrentan en muchas ocasiones a enfermedades profesionales. Éstas son las que derivan de la inhalación, exposición o contacto puntual o continuado con sustancias y ambientes nocivos para el ser humano, aunque insustituibles en determinados procesos industriales, o de la proliferación de gestos y acciones físicas determinadas. En ese sentido, desde el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborables, Osalan, se certifican datos concluyentes que alertan de la proliferación de este tipo de dolencias. En concreto, en los últimos cinco años, 1.551 alaveses han sufrido las consecuencias de los males descritos. Es decir, 310 nuevos casos al año.
Fundamentalmente, el afectado por una enfermedad profesional en el tejido empresarial de la provincia se corresponde con un perfil determinado que coincide con el de un hombre que está empleado en el sector industrial. De hecho, dos de cada tres afectados alaveses por este tipo de males se corresponde con personal masculino (1.014, frente a 537 mujeres) y casi un 40%, con empleados de firmas manufactureras o de extracción de minerales.
Las cifras al respecto del referido organismo autonómico recuerdan que en el último lustro -de junio de 2001 al mismo mes del presente ejercicio- se han indispuesto en el territorio histórico por dolencias profesionales 595 empleados del sector industrial, 390 de sociedades especializadas en servicios a empresas, 142 de constructoras y seis de explotaciones agrarias o ganaderas. A todos ellos habría que añadir los 104 trabajadores que, pese a lograr mitigar inicialmente sus males, recayeron en los mismos engrosando así los listados de damnificados.
Concluyen en baja Asimismo, los registros del Servicio Vasco de Seguridad y Salud Laborales recuerdan la importancia que este tipo de dolencias tienen, ya no sólo para la salud de los trabajadores, sino también para la estabilidad de las propias empresas.
De hecho, las estadísticas recogidas al respecto sentencian que casi tres de cada cuatro de los padecimientos descritos (1.113) concluyen con bajas laborales. En el resto (418) de casos, el transtorno se presenta e incide en la vida del empleado, aunque no le impide seguir realizando su tarea habitual.
Bajo tales parámetros, en lo que va de año se han dado en la provincia 219 nuevos casos de afectados por enfermedades profesionales y otros 27 de recaídas.
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