Las patologías de origen psiquiátrico son la causa directa del 12,2 por ciento de las bajas laborales de los profesionales de la enseñanza. A este índice, se han de sumar los casos con sintomatología asociada a este tipo de dolencias, lo que alza la cifra hasta el 23,4 por ciento de los docentes. A partir de estos datos, extraídos de una serie de estudios realizados por FETE-UGT, se concluye que durante el presente curso escolar, uno de cada cuatro profesores estará de baja por una enfermedad relacionada con los problemas de ansiedad.
Atendiendo a los citados estudios, algunas comunidades autónomas tienen la depresión, el estrés o la ansiedad como la primera causa de baja del profesorado; patologías que, en muchos casos, son una de las principales causas de invalidez permanente.
Según estos datos, las enfermedades psicológicas han desplazado a las dolencias características de este colectivo, como eran fundamentalmente los problemas de voz, las lesiones musculoesqueléticas o infecciosas. Según los autores, las razones fundamentales hay que buscarlas en la transformación de las relaciones sociales, el cambio de los valores, la diversidad de los alumnos y los problemas de disciplina. Así mismo, juegan un rol importante en la casuística, el trasvase de responsabilidades educativas de la familia al docente, la falta de reconocimiento social de estos profesionales y la asunción de responsabilidades accesorias por falta de personal especializado.
En función de estas conclusiones, los responsables sindicales insisten en la necesidad de desarrollar, lo antes posible, el Observatorio de Convivencia Escolar, enmarcado en el Plan de Convivencia que la organización sindical firmó con el Ministerio de Educación y Ciencia. Así mismo, reclaman el establecimiento de medidas preventivas, como conciliar la vida familiar y laboral, incorporar nuevos perfiles de profesores en los centros y la cobertura de la atención psicológica de estos profesionales. También califican de imprescindible el establecimiento, en todas las comunidades autónomas, de la figura del coordinador de seguridad y salud, el incremento de horas de atención a la diversidad, tutorías y desdobles y que las evaluaciones de riesgos incluyan pruebas específicas de riesgos psicosociales.
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