Los más pequeños son encantadores pero en grupo son muy ruidosos. Un estudio realizado en Quebec por el Instituto Robert-Sauvé de Salud y Seguridad en el Trabajo propone atenuar el ruido en la escuela infantil. La propuesta es instalar en las aulas materiales que reducen el tiempo de reverberación. Una solución sencilla y barata.

La enseñanza no suele ser considerada una actividad de riesgo en cuanto a los niveles de ruido, sin embargo, un estudio del ruido en los centros preescolares citado por la Agencia Europea para la Seguridad y Salud detectó niveles superiores a 85 decibelios (dBA) en las aulas de infantil. Una exposición diaria a estos niveles de ruido podría provocar, según investigaciones realizadas en EE.U, que entre el 20 y el 30 por ciento de los trabajadores expuestos a esta cantidad de ruido presenten un déficit auditivo a los 50 años. Por otra parte, la literatura médica ha establecido que los efectos no-auditivos del ruido como el estrés y la fatiga pueden aparecer a partir de los 65 dBA.

En realidad, no disponemos de mediciones en las aulas de infantil de los centros españoles, pero, tras el estudio realizado por la Agencia Europea, es muy probable que se esté superando el nivel de ruido de 80 dBA que la legislación europea considera el límite a partir del cual hay que empezar a tomar medidas. Por encima de 80 dB los empresarios están obligados a emprender acciones formativas e informativas dirigidas a los trabajadores sobre el riesgo de exposición y la forma de evitarlo, así como poner a su disposición protectores auditivos individuales.

Pero cuando hablamos de ruido en las escuelas, no podemos olvidar la función de estos centros y las exigencias que de ello se derivan. No parece muy adecuado dotar a profesores y profesoras de tapones auriculares como protección frente al ambiente sonoro de la clase. Por otra parte, según establece la OMS en sus Guías de Ruido Urbano, para poder oír y comprender los mensajes orales en un aula, el nivel de sonido de fondo no debe superar los 35 dB. Para los niños con deficiencia auditiva, se puede requerir incluso un nivel de sonido inferior. En el patio, el nivel del ruido de fuentes externas no debería exceder los 55 dBA. Durante las horas de descanso, en los dormitorios de centros preescolares, el límite se sitúa en los 30 dBA.

Otro problema a tener en cuenta es el de la reverberación o tiempo que se prolonga el sonido, de la voz por ejemplo, por el reflejo de las ondas sonoras en los techos y paredes del aula. El tiempo de reverberación en un aula debe ser como mucho de 0,6 segundos e inferior para niños con deficiencia auditiva. En las salas de reuniones y cafeterías escolares, el tiempo máximo de reverberación debe ser de menos de 1 segundo.

El Instituto Robert-Sauvé de Salud y Seguridad en el Trabajo (IRSST) ha realizado una experiencia que demuestra que es posible reducir el ruido en la escuela infantil disminuyendo el tiempo de reverberación. La experiencia se ha llevado a cabo en cuarenta aulas de 20 centros escolares de Québec que registraron unos niveles medios de ruido de 74 decibelios en las mediciones realizadas durante dos días. Una firma especializada en acústica y vibraciones, Soft dB, llevó a cabo la colocación de un techo acústico recubriendo el techo ya existente y una banda de paneles absorbentes en la parte superior de las paredes. Antes de la instalación de los paneles, la media de tiempo de reverberación era de 0,7 segundos. Tras la instalación de los paneles ésta se había reducido a 0,35 segundos, es decir, se consiguió una disminución del 50 por ciento del tiempo de reverberación. La reducción media del ruido en los diferentes en los que se intervino fue de entre 7,5 y 5,9 dbA, lo cual viene a suponer, dado que la escala de medición en decibelios es una escala exponencial logarítmica, una disminución de alrededor de la mitad del nivel sonoro preexistente.

Esta intervención acústica en los centros escolares infantiles no supone elevados costes. La experiencia canadiense ha supuesto un gasto de unos 8.000 euros aproximadamente por aula de infantil, incluyendo en ese coste materiales, instalación y servicios profesionales. La superficie de paneles acústicos instalados fue de 43 m2 por aula aproximadamente y el coste por metro cuadrado de los paneles está en torno a los 150 euros por metro cuadrado.

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Berta Chulvi – Revista Por Experiencia – ISTAS

Fuente

Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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