Dado que los riesgos son inherentes a toda actividad laboral del hombre y que él mismo es responsable de su seguridad, la Psicología de la Seguridad es aquella parte de la Psicología que se ocupa del componente de seguridad de la conducta humana, es decir, presenta aplicaciones en todos aquellos contextos de la vida humana en que el componente de seguridad es relevante (Meliá, Arnedo y Ricarte, 1998).

En las aplicaciones reportadas a la fecha se han usado distintas denominaciones, como mejoramiento de conductas, enfoque de mejoramiento conductual, etc., sin que exista acuerdo respecto de ellas (Vargas, 1999). En el presente trabajo se usará el concepto Psicología de la Seguridad para referirse a aquellas técnicas aplicadas en el campo de la seguridad en el trabajo que tienen como elemento distintivo la modificación directa de conductas estándar y/o subestandar y el uso de medidas conductuales de desempeño (Ugalde y Dasencich, 2000).

Diversas investigaciones han presentado evidencia convincente acerca del papel protagónico que juega el factor humano como causa directa de los accidentes en el trabajo (Bird y Germain, 1990). En efecto, a partir de los estudios iniciales del ingeniero estadounidense Heinrich hace ya medio siglo, diversas fuentes han ampliado sus hallazgos y confirmado sus apreciaciones. Especialmente relevantes entre estos fueron los resultados de más de una década de investigación de accidentes presentados por la empresa química norteamericana Dupont, cuyas conclusiones atribuyeron cerca del 80% de la causa de los accidentes al factor humano, por lo cual patentó el sistema que lleva su nombre: el Sistema Dupont.

Siendo considerada como una sub-rama de la Psicología Industrial y Organizacional (Vargas, 1999), la Psicología de la Seguridad es la aplicación al campo de la prevención de riesgos de principios y métodos psicológicos para el tratamiento de los factores de riesgo inherentes al trabajo, estos principios incluyen la retroalimentación y el reforzamiento positivos para aumentar las conductas apropiadas y la retroalimentación correctiva para disminuir las conductas no deseadas. Consecuentemente, aplicado a la seguridad, esto significa que se aumentan las conductas preventivas o estándar (deseadas) y se disminuyen las conductas de riesgo (no deseadas). El objetivo final es el mejoramiento del desempeño de las personas y la realización de los trabajos sin pérdidas.

La Psicología de la Seguridad también implica, al menos, otros dos elementos: a) es un proceso de mejoramiento continuo con un gran involucramiento de la dirección y b) es un proceso con la necesaria participación de los trabajadores. Los trabajadores se sienten dueños y orgullosos de un proceso que han contribuido a desarrollar y que gestionan en su funcionamiento diario.

Las aplicaciones en el contexto del transporte son necesarias y urgentes principalmente por dos razones. Por un lado, la creciente conciencia social de que los accidentes no deben aceptarse como una consecuencia inevitable de la circulación por carretera. Por otro, las enormes pérdidas económicas (y de ventajas competitivas) que estos daños a la salud y a los bienes suponen para las empresas de transporte (Asunción, 2004b). Esos costos no se pueden, ni deben ignorar y sin duda se requiere comprender el tema siendo necesario invertir en sistemas, especialistas y recursos para minimizar costos, lo que justifica por sí, que la Psicología de la Seguridad sea una disciplina con un futuro profesional prometedor. Por cierto que las mismas razones, aproximadamente, pueden considerarse para desarrollarla en toda actividad laboral que realiza el hombre.

La Psicología de la Seguridad se ocupa de esclarecer los mecanismos psicológicos, grupales, organizacionales, sociales y ambientales que configuran la dimensión de seguridad de toda conducta humana y está orientada al desarrollo de los métodos de diagnóstico e intervención relativos a toda está índole de factores que permitan disponer el componente de seguridad de la conducta de tal modo que el riesgo de perdidas por accidentes, enfermedades y daños a la salud se minimice, y si es posible, desaparezca (Ugalde, 1997).

En esta definición hay dos supuestos que conviene explicar más. Primero, que toda conducta humana tiene un componente de seguridad, junto a otros componentes que pueden ser relevantes, como por ejemplo la calidad, la eficacia y la eficiencia en un contexto productivo u operativo. Segundo, que ese componente de seguridad merece y puede ser diagnosticado y modificado si se cuenta con los procedimientos de intervención adecuados. También está implícito que la conducta humana subyace por acción u omisión al estado de los riesgos en los que se configuran los accidentes y otras fuentes de daños a la salud. Sin embargo, la definición no supone que las conductas puedan clasificarse exhaustivamente en seguras e inseguras ni que el establecimiento de la conducta con mayor grado de seguridad posible en un contexto dado implique un riesgo cero de accidente.

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Luis Santiago Asunción Valverde – Enfermero clínico asistencia, Psicólogo – Perú

Fuente Revista PW Magazine 10

Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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