Es la fase en la cual pondremos en práctica si todo lo realizado hasta el momento funciona. A parte, también se podrá valorar si el personal resulta implicado en el tema o no.

En cuanto a la implicación del personal, puede existir el simulacro de emergencia en el cual, independientemente de si se sigue a rajatabla o no el procedimiento:

• El personal se lo toma como diversión y pérdida del tiempo de trabajo.

• Se ríen y hacen bromas.

O puede existir aquel en el que:

• El personal adopte una postura seria y responsable.

• Tenga una actitud de implicación respecto a la práctica que se está realizando.

En base a las actitudes de los profesionales se podrá ver el grado de implicación emocional real.

Propongo una serie de pautas específicas para que los simulacros que se realicen no resulten una frustración para el personal y sí unas buenas oportunidades para poner en práctica lo tratado anteriormente en formaciones teóricas:

• Empezar los primeros simulacros desde lo más básico (avisando del día y hora a todos los posibles participantes, sin evacuación de pacientes) y aumentando el grado de dificultad y de acciones a realizar en los sucesivos simulacros, hasta valorar el poder llegar a una evacuación completa de una unidad (último grado cuando todo el personal tenga su secuencia de acciones aprendida y esté perfectamente implicado en la misma).

• En la fase anterior de formación se debe recalcar y decir de forma clara que los simulacros que se hagan, no servirán para ponernos medallas y decir cuanto de buenos somos, o si el simulacro de nuestra unidad ha salido mejor que el de la unidad vecina. No es una competición. Los simulacros servirán para poder encontrar los puntos débiles o posibles errores y de esta manera poder darle solución, evitando que ocurra en posteriores simulacros o en un caso peor, una emergencia real.

• En el caso de encontrar errores se debe dejar claro que éstos no son un problema si no que son una oportunidad para mejorar, de esta manera trasladamos una actitud positiva y proactiva en el trabajador, que se trasladará hacia una alta implicación en la temática.

• No son una caza de brujas: volviendo al apartado anterior, dejar claro que, en el caso de errores en la actuación, no se buscan culpables ni se personaliza. Se buscan actitudes de grupo y enfoques proactivos hacia una actitud de excelencia ante el procedimiento.

• Al finalizar el simulacro se realizará una evaluación general de al actuación con todos los participantes. No hablo de evaluación de los participantes sino evaluación con los participantes. Una simple preposición cambia toda una conducta en el proceso de evaluación: La evaluación de los participantes sería entendida como un enjuiciamiento de la actuación realizada, llevando a que el personal haga sus actuaciones por coacción o miedo a hacerlo mal, provocando al final que la misma tensión lleve a hacer mal la secuencia de acciones. La evaluación con los participantes sería entendida como autoevaluación, comprensión de los errores realizados e implicación total en el desarrollo del proceso así como en solventar los errores cometidos.

• Igualmente que se detectan los errores, de detectarán posibilidades de mejora, y las detectarán el evaluador con los profesionales. Es decir, serán partícipes de toda mejora que se pueda realizar para mejorar el procedimiento.

• Como último punto, se habrá de realizar un informe específico a la Dirección del centro, en el cual se exponga la secuencia del simulacro, deficiencias detectadas (desviaciones del procedimiento).

Conclusiones

Si se consigue ejecutar cada una de las fases con una implicación continua de los trabajadores, tendremos a una institución con un PE los trabajadores de la cual lo tendrán como propio, eso será un PE verdaderamente implantado y con sus trabajadores comprometidos. Entre otros, los factores positivos que conllevará para la institución serán:

• Una alta implicación de los profesionales en el PE.

• La implicación en el PE puede conllevar a mayor implicación en otros contextos.

• Los profesionales de cada una de las plantas/unidades/servicios participarán del diseño del PE con lo cual estarán motivados con este y otros procedimientos de la organización.

• El PE estará diseñado desde todos los niveles de organización, con lo cual adaptado completamente para todas las posibles situaciones.• Los pacientes se sentirán en un entorno seguro.

• En caso de emergencia, podemos tener la certeza que todos los medios humanos y técnicos funcionarán, ya que será el PE de la organización y de sus miembros.

Extracto del artículo publicado en la revista Prevention World Magazine nº 29

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David Martín Vilanova – Graduado Superior en Prevención de Riesgos Laborales

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Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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