En la sociedad industrializada la electricidad es quizá la energía más utilizada tanto a nivel doméstico como industrial, y tal vez por ello en muchas ocasiones nos comportamos como si su uso no entrañara riesgo alguno. Sin embargo y a pesar de que la siniestralidad laboral por origen eléctrico presenta una incidencia menor que la originada por otros motivos, en la mayoría de los siniestros en los que interviene, el resultado suele ofrecer siempre consecuencias muy graves o mortales.

Conviene recordar que este tipo de energía no es perceptible por los sentidos humanos; no tiene olor, no es detectable a la vista, y el tacto con la misma puede resultar mortal si no se está debidamente aislado.

Por ello y de acuerdo a las estadísticas, los principales errores presentes en este tipo de accidentes son el desconocimiento de si la instalación está bajo tensión, la manipulación incorrecta de elementos o herramientas, la utilización de herramientas no aisladas, y la falta de información de la instalación con la que se está trabajando.

Estos motivos, entre otros, nos han llevado a redactar este artículo, en el que se ha tratado de describir brevemente los principales riesgos que se derivan del uso de la electricidad, así como el desarrollo de una serie de medidas para prevenirlos.

Los principales riesgos asociados a las instalaciones eléctricas son:

Electrocución por contacto eléctrico

Dentro de este apartado encontramos dos variantes o tipos de contactos:

Contacto eléctrico directo, que se produce como consecuencia del contacto con partes activas en tensión, como pueden ser los cables o los contactos de un interruptor. Y en segundo lugar, el contacto con masas puestas accidentalmente en tensión (contacto eléctrico indirecto).

Este tipo de contactos son más comunes que los directos, y el ejemplo más ilustrativo de este tipo de contactos son los pequeños calambres producidos al tocar la carcasa metálica de algún electrodoméstico que no se encuentra completamente aislado.

Por otro lado y con independencia del tipo de contacto, las consecuencias del paso de la corriente por el cuerpo no afectan a todo el organismo de la misma manera. Hay partes del cuerpo que resultan más dañadas que otras, como son el sistema muscular, el corazón, el sistema nervioso y la piel (quemaduras), además de las lesiones físicas secundarias que de manera indirecta provoca la electrocución, como son los golpes o las caídas de altura (postes).

Otro de los riesgos asociados a la electricidad son los Incendios y explosiones:

Según las estadísticas oficiales, la electricidad es el principal agente provocador de causas de incendio, siendo las principales causas las siguientes:

– Envejecimiento de circuitos y cortocircuitos en tomas de corriente.

– Recalentamiento del cableado y sobrecargas eléctricas.

– Fallos en los circuitos de motores eléctricos.

– Puntos de luz e interruptores expuestos a atmósferas explosivas.

– Deficiente mantenimiento de los equipos eléctricos.

Afortunadamente, y en relación a las medidas preventivas, en materia de electricidad se cuenta con legislación muy específica al respecto, debido principalmente a una mayor concienciación del riesgo y sus nefastasconsecuencias. Así el Real Decreto sobre riesgo eléctrico (RD 614/2001) se ocupa del establecimiento de técnicas y procedimientos de trabajo seguros, y se fijan las llamadas “Cinco reglas de oro”, que en definitiva establecen que: “En cualquier situación en la que se vaya a comenzar un trabajo en una instalación eléctrica se considerará que está bajo tensiónmientras no se compruebe lo contrario”.

Los pasos a seguir para el cumplimiento de las citadas reglas son los siguientes:

1º. Desconectar: Se trata de abrir con un corte visible todas las posibles fuentes de tensión que puedan existir mediante seccionadores o interruptores.

2º. Prevenir cualquier realimentación: Bloqueo de los aparatos de corte con el fin de evitar errores humanos. Se hace a través de cerraduras, candados o bloqueos eléctricos.

3º. Comprobar la ausencia de tensión: A través de aparatos adecuados verificar que todas las fuentes de tensión han sido abiertas.

4º. Puesta a tierra y en cortocircuito.

5º. Colocar las señales de seguridad adecuadas delimitando la zona de trabajo.

Por último y como medidas de prevención genéricas se establece que:

– No se debe realizar ningún tipo de trabajo eléctrico si no se ha sido autorizado para ello.

– En los trabajos cercanos a las líneas eléctricas siempre hay que mantener la distancia de seguridad.

– En los lugares húmedos y metálicos hay que extremar las precauciones de seguridad.

– La utilización de equipos de protección individual es indispensable.

A pesar de todas estas recomendaciones, los accidentes eléctricos se siguen produciendo, por ello resulta de capital importancia conocer las recomendaciones que debemos seguir para socorrer a una persona que ha sido electrizada por la corriente:

– No debemos tocarla, sino que se debe cortar inmediatamente la corriente.

– Si se tarda demasiado o resulta imposible cortar la corriente, hay que tratar de desenganchar a la persona electrizada por medio de un elemento aislante (tabla, listón, cuerda, silla de madera,…)

– En presencia de una persona electrizada por corriente de alta tensión, no nos debemos aproximar a ella, sino que debemos llamar inmediatamente a un especialista eléctrico.

Por último y para terminar, como se suele decir en estos casos… ¡Que no nos toque…!

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Secretaría de Salud Laboral de Castilla y León – Boletín BOICCOOT nº 54

Fuente

Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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