En lo relativo al uso de Equipos de Protección Individual (EPI), cabe reseñar que su utilización debe basarse siempre en la correspondiente evaluación de riesgos laborales y que además, debe llevarse a cabo siempre conjuntamente con las medidas de higiene que las autoridades sanitarias indiquen. Además, su uso debe realizarse siempre según lo dispuesto en el RD 773/1997, haciendo hincapié en la formación que deben recibir los trabajadores acerca de su correcta utilización.

La protección de los trabajadores potencialmente expuestos a un riesgo de contagio por este virus debe hacerse según lo dispuesto en el Real Decreto 664/1997, sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos durante el trabajo. Según este Real Decreto, los virus de la influenza tipo A, están incluidos dentro del grupo de riesgo 2.

Como ya se ha visto anteriormente, las formas de transmisión del virus son, por un lado, la inhalación de microgotas de saliva u otras secreciones nasales procedentes de una persona infectada, así como la exposición a otros fluidos corporales, y por otro lado, el contacto con superficies o ambientes contaminados con el virus que pudiesen propiciar una infección indirecta.

En lo relativo al contacto con animales posiblemente infectados, ya se ha comentado que se está investigando si el virus que está afectando al ser humano está circulando en la cabaña porcina y, en caso de ser así, la presentación clínica de la infección por este virus en el cerdo. No obstante, hasta que se tenga un mejor conocimiento de este evento, las autoridades veterinarias deben mantenerse vigilantes a este respecto. Por tanto, al manipular o eliminar cerdos enfermos o muertos deben adoptarse precauciones higiénicas apropiadas.

Por todo lo dicho anteriormente, puede resumirse que los trabajadores con mayor probabilidad de contagio son aquellos que mantengan un contacto estrecho con personas, y tal vez animales también, que estén infectados con el virus. Por tanto, los sectores en los que el contagio es más probable son, sobre todo: sector sanitario, tripulaciones de aeronaves y sector ganadero.

A continuación se hará mención a las características de los EPI que son aplicables como protección frente a este tipo de infecciones. De forma general, se recomienda el uso de equipos desechables, o de no ser así, equipos que puedan desinfectarse tras el uso.

Protección respiratoria

La protección respiratoria recomendada de forma general es la mascarilla autofiltrante FFP2, certificada según la norma europea EN 149:2001.En aquellas situaciones en las que el riesgo de contagio sea mayor, como puede ser el caso de un paciente que esté siendo sometido a procesos médicos que impliquen la generación de aerosoles, se recomienda el uso de mascarillas FFP3 certificadas según la norma EN 149:2001.

El uso de piezas faciales como medias máscaras o máscaras completas, certificadas según las normas EN 140:1998 y EN 136:1998 respectivamente, implican su correcta limpieza y desinfección después de su uso. Las piezas faciales se utilizarán conjuntamente con filtros de partículas P2 o P3 (según el nivel de riesgo que determine la correspondiente evaluación) certificados según la norma EN 143:2000 y su enmienda EN 143:2000/A1:2006.

Las mascarillas autofiltrantes o los filtros, según el caso, deben ser desechados después de su uso.

En ningún caso los trabajadores utilizarán, como equipos de protección respiratoria frente al riesgo de infección por transmisión aérea, mascarillas quirúrgicas, cuya finalidad es la de evitar la proyección de partículas y aerosoles por parte de su portador al entorno inmediato o sobre pacientes durante los actos médicos, y no la de proteger al trabajador de la exposición a bioaerosoles procedentes de su entorno de trabajo. Estas mascarillas quirúrgicas no son equipos de protección individual (no son EPI) sino productos sanitarios de uso médico cuya finalidad es proteger al paciente y al usuario de una posible contaminación cruzada, y su marcado CE hace referencia a su conformidad con el Real Decreto 414/1996, que regula tales productos. Lo mismo sería aplicable al os guantes y ropa quirúrgicos.

Protección ocular

Los protectores oculares se utilizarán cuando se evalúe que existe el riesgo de salpicaduras o gotas de líquidos contaminados con el virus (sangre, fluidos corporales, secreciones y excreciones).

Los protectores oculares pueden ser: gafas de montura integral, aíslan completamente el entorno de los ojos protegiendo frente a gotas, o pantallas faciales que cubren completamente el rostro del usuario protegiendo contra salpicaduras de líquidos. Ambos protectores deben llevar marcado el campo de uso 3 en sus monturas.

La norma europea aplicable a estos protectores es la EN 166:2001.Cuando se usan distintos tipos de EPI, se debe comprobar la compatibilidad de los mismos. Esto es particularmente importante en el caso del uso de protección ocular y protección respiratoria conjuntamente.

Guantes y ropa de protección

Cuando la evaluación de riesgos determine que deben utilizarse guantes de protección, éstos deben proteger contra los microorganismos de acuerdo a lo establecido en las normas EN 420:2003 y EN 374-1:2003. Estos guantes suponen una barrera física frente a los microorganismos. Sin embargo, la norma excluye a los virus, aunque únicamente debido a que los guantes no se someten a un ensayo específico para estos microorganismos.

La ropa de protección está destinada a proteger frente a las salpicaduras de líquidos infectados. En determinadas situaciones el nivel de riesgo puede suponer la necesidad de una protección total del cuerpo.Existe un tipo de prendas de protección biológica con ensayos específicos de resistencia a la penetración de microorganismos. Este tipo de ropa debe estar certificada según la norma EN 14126:2003.

Conclusiones

Si bien la sintomatología de este nuevo virus y su mortandad se está revelando, en algunos casos, inferior a la mostrada por la gripe estacional, no debemos olvidar que nos enfrentamos a un nuevo virus frente al cual la inmensa mayoría de la población no ha desarrollado inmunidad, razón por la cual todas las organizaciones sanitarias del mundo están haciendo un seguimiento exhaustivo de la evolución de la situación.

Las autoridades sanitarias coinciden al indicar que se debe mantener un gran nivel de atención sobre la evolución del virus ya que en la actualidad no se disponen de datos suficientes para prever cuál será el comportamiento futuro del nuevo virus en términos de morbilidad y mortandad.

En Europa, las autoridades sanitarias, tanto comunitarias como nacionales están realizando un seguimiento epidemiológico de la situación y una evaluación del riesgo. Los protocolos de actuación y de información están activados y llevándose a la práctica.

En la actualidad la situación en Europa, pese a no ser grave, tiene la suficiente importancia como para que las autoridades mantengan la vigilancia sobre la situación mientras seguimos avanzando hacia la temporada de gripe en el hemisferio norte.

Extracto del artículo publicado en la revista Prevention World Magazine nº 27

0 0 votos
Valoración

Javier Diaz – Técnico de ASEPAL

Fuente Revista PW Magazine 27

Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

Suscribirme
Notificar de
guest
:arrow: 
:D 
:? 
8-) 
:cry: 
:shock: 
:evil: 
:!: 
:geek: 
:idea: 
:lol: 
:x 
:mrgreen: 
:| 
:?: 
:P 
:oops: 
:roll: 
:( 
:) 
:o 
:twisted: 
:ugeek: 
;) 
 
0 Comentarios
Inline Feedbacks
Ver todos los comentarios