Los medios de comunicación se han hecho eco insistentemente de la alerta lanzada por instituciones sanitarias de todo el mundo en relación con la enfermedad denominada gripe aviar, generando una situación de alarma generalizada en toda la población. Sin embargo, por lo que sabemos, lo cierto es que la gripe aviar es principalmente un problema para las aves. También puede llegar a serlo para las personas en contacto con estos animales, muy especialmente los trabajadores en granjas de pollos, y los de empresas de transporte, tratamiento y procesado de productos avícolas.

A diferencia de la gripe común, el contagio de la gripe aviar de una persona a otra es totalmente excepcional. El contagio en las personas se produce casi exclusivamente por contacto con animales enfermos o sus derivados. Aunque hasta el momento se conocen muy pocos casos de enfermedad grave o muerte por gripe aviar en seres humanos -y ninguno en Europa-, algunas instituciones de salud laboral, como la Agencia Norteamericana OSHA, han publicado una serie de recomendaciones para prevenir y detectar precozmente este problema en la población con mayor riesgo de exposición al virus: los trabajadores que manipulan las aves o sus productos.

Antes que nada, es importante reconocer los síntomas de la enfermedad en las aves y en las personas para, en caso de sospecha, notificarlo inmediatamente a las autoridades veterinarias. En el excepcional caso de haber estado en contacto con aves infectadas se han recomendado medicamentos antivirales. La vacuna de la gripe común no es efectiva frente a la infección por gripe aviar, pero se ha recomendado su administración a las personas en contacto con animales enfermos para evitar que la doble infección por ambos tipos de virus, el de la gripe común y el de la gripe aviar, genere mutaciones en este último que faciliten su transmisión entre personas.

Las medidas para evitar el contagio de gripe aviar en los trabajadores en situación de riesgo no difieren de otras medidas preventivas que se deben tomar en estos puestos de trabajo, en los que la exposición a diferentes agentes infecciosos (incluyendo bacterias, hongos y virus) son riesgos conocidos. En primer lugar, las granjas y los lugares dedicados al transporte y tratamiento de las aves y sus productos se deben mantener en buenas condiciones higiénicas, para lo cual se recomiendan las habituales medidas de limpieza mediante detergentes y desinfectantes de uso común.

Las principales vías de transmisión del virus a las personas son similares a las de otros agentes infecciosos presentes en estos lugares de trabajo: a través de la respiración o por contaminación de las manos y de éstas a los ojos, la nariz o la boca. Por ello, los equipos de protección personal recomendados son también los habituales en estos trabajos: protección respiratoria (como la ya recomendada, por ejemplo, para prevenir la exposición a polvos orgánicos), gafas protectoras, guantes y ropa de trabajo apropiada. Es esencial una correcta higiene personal, especialmente el lavado de las manos con agua y jabón.

Las empresas son las responsables de mantener los lugares de trabajo limpios y seguros, de facilitar toda la información preventiva a los trabajadores, y de poner a su disposición todas las medidas de protección e higiene necesarias. Pero, por lo que sabemos hasta el momento, las aves son las que mayor preocupación podrían expresar por la gripe que lleva su nombre.

¿Qué es la gripe aviar?

La gripe aviar es una enfermedad viral que puede afectar a todo tipo de aves, con síntomas como falta de coordinación, falta deenergía y de apetito, hinchazón de cabeza o párpados, secreción nasal, tos, estornudos, diarrea y disminución o alteraciones en la producción de huevos (deformidades o reblandecimiento de la cáscara). Puede ser muy contagiosa y mortal para las aves.

El contagio a las personas es excepcional aunque se conocen casos humanos desde 1997. Hasta finales de 2005 se tenía conocimiento de 62 muertes por gripe aviar en personas, todas ellas en países asiáticos. La enfermedad ha sido detectada en aves de Croacia, Rumania, Turquía y Rusia, sin que hasta el momento se haya informado de personas infectadas en Europa.

Al igual que sucede con la gripe común, el virus de la gripe aviar cambia fácilmente y puede presentar distintas variedades o mutaciones con diferente patogenicidad, es decir, con una capacidad variable para producir daños. Por ejemplo, los subtipos del virus denominados H5 y H7 son de baja patogenicidad, pero pueden mutar fácilmente y transformarse en variantes muy patógenas, como la denominada H5N1, que es la responsable de las muertes conocidas hasta ahora en seres humanos.

Los síntomas de la gripe aviar en las personas son muy similares a los de la gripe común: fiebre tos, dolor de garganta, conjuntivitis (enrojecimiento, lagrimeo y molestias en los ojos) y dolores musculares. En los casos más graves pueden aparecer problemas respiratorios y neumonía, entre otras complicaciones. En algunos casos (hasta ahora, muy pocos en todo el mundo) la gripe aviar puede llegar a ser mortal también para las personas.

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Ana María García – Revista Por Experiencia – ISTAS

Fuente

Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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