Encarnación Galván/Málaga
Convencido de que la concienciación de los empleados es uno de los pilares básicos sobre los que hay que trabajar para evitar accidentes, el responsable de seguridad en el trabajo de la constructora Sando, Federico Artola, empresa a la que recientemente se le ha otorgado el Premio de Seguridad e Higiene de la Unión Europea, aboga por una mayor formación de los trabajadores como la mejor forma de hacer disminuir las altas cotas de siniestralidad laboral.

-¿Cuáles son las medidas en las que se debe incidir para evitar que se produzcan accidentes laborales?

-Hay que trabajar más en el tema de la formación, ya que es el pilar básico para evitar accidentes, además se debe hacer especial hincapié en la promoción continua de controles periódicos que a nivel de empresa se deben realizar. Los empresarios deben incorporar a sus líneas de trabajo estas dos actividades, sobre todo para intentar inculcar a los empleados cuáles son las prácticas y los hábitos para poder desarrollar su trabajo en las mejores condiciones de seguridad. También es cierto que a muchas empresas de poco volumen les es muy difícil proporcionar esta formación, entiendo que ante esto las administraciones deberían implicarse mucho más, subvencionando y promocionando todo tipo de actividades formativas e informativas.

-¿Cuáles son las causas principales que provocan los siniestros?

-Cuando se produce un accidente, en el 85% de los casos en los que ocurren, está presente el factor humano. Esto viene a decir de alguna forma que en mayor medida es la falta de formación la razón fundamental de la mayoría de los siniestros. La construcción es el sector en el que se contemplan y se producen el mayor número de accidentes laborales, máxime teniendo en cuenta la situación actual en la que está pendiente a nivel estatal que quede regulada definitivamente la subcontratación.

-¿Son conscientes los trabajadores del riesgo que corren si no toman medidas?

-Este es otro de los factores importantes, la falta de mentalización y concienciación en estos casos muchas veces responde a exceso de confianza, cuando el empleado lleva muchos años trabajando, suele pensar que a ellos no les va a pasar nada porque saben bien lo que están haciendo. En ocasiones se muestran reticentes a recibir ningún tipo de formación o a utilizar medidas de protección. La seguridad es cosa de todos, no sólo del empresario, sobre él recaen todas las culpas, pero el empleado también tiene que poner de su parte. Los trabajadores tienen poca conciencia de los peligros que corren si no toman las medidas necesarias.

-¿Qué partida destina su empresa a seguridad?

-En la mayoría de los casos se vienen manejando porcentajes cercanos al 2% con respecto a la ejecución material de la obra. Hay casos en los que la aportación para lograr los sistemas de seguridad llegan a ser de un 5 o 6%.

-¿El ‘boom’ de las construcciones incide de alguna manera en que aumente el número de accidentes?

-De ahí viene una de las fuentes fundamentales de los accidentes, sobre todo si se estudia el perfil de la población que los sufre en mayor medida, todos tienen menos de 30 años, en la mayoría de los casos suele ser su primer empleo y es temporal, estas condiciones hacen que formación no tengan ninguna, ya que muchas veces vienen de otros sectores, no hay una mano de obra cualificada. Por eso es por lo que tiene tanta importancia que conozcan los riesgos que corren.

-¿Cree que la Ley de Riesgos laborales ha ayudado a mejorar la situación?

-Es cierto que se empiezan a asentar ciertas bases, no existe la dejadez de hace unos años, aunque la verdad es que algo no funciona, la ley que tenemos es incluso más ambiciosa que en otros países europeos, y sin embargo el número de accidentes anuales ha ido incrementandose año tras año, o no la estamos aplicando bien o la ley no se ha hecho como debiera.

-¿Los dos tipos de sanciones que existentes para las empresas que no cumplen con los requisitos mínimos de seguridad son eficaces?

-De las sanciones, tanto la penal como la administrativa, la primera, que puede suponerle al empresario una supresión de libertad de hasta tres años, a la hora de buscar responsabilidades quizá sea la más pertinente; pero desde el punto de vista administrativo, no contribuyen demasiado, porque, a mi parecer, puede confundirse el afán de recaudación con el hecho de intentar controlar los lugares de trabajo para que se den las medidas de seguridad exigibles. No me parece mal, pero creo que no es la medida más oportuna para intentar mejorar la situación. No se trata de poner sanciones más duras sino de buscar un plan integral para solucionar el problema desde la raíz.

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Diario Sur

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Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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