La evaluación del riesgo por ruido suele centrarse en el receptor, es decir, el propio trabajador. En consecuencia, los sistemas habituales de evaluación de la exposición al ruido sólo detectan el problema, pero no sus causas. Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia ha centrado la atención en las fuentes sonoras, para poder actuar sobre el origen del riesgo y así minimizar su impacto.

El proyecto Dermia –siglas de Diagnóstico de Emisión del Ruido Mediante Intensimetría Acústica– ha dado un salto cualitativo al medir y analizar “el flujo de energía acústica de una máquina a su entorno”. De esa manera se obtiene información sobre “qué máquinas irradian más ruido y cómo lo hacen”, lo cual a su vez da pie a adoptar medidas preventivas más eficaces que la mera protección individual del trabajador expuesto a un ruido excesivo.

Desarrollado por el Grupo de Acústica Arquitectónica y Medio Ambiente de la Universidad Politécnica de Valencia, con el apoyo de Muvale y Unión de Mutuas, este proyecto “pretende establecer un método para localizar los focos de ruido en máquinas complejas”, explica Hermelando Estellés, miembro del grupo investigador.

La intensimetría acústica no es una técnica nueva, pero “su aplicación en este campo es novedosa”, subraya este catedrático de Telecomunicaciones. Frente a la relativa simplicidad del sonómetro que mide la presión acústica sobre el trabajador, las técnicas empleadas son tan complejas como las propias máquinas.

Un mapa acústico permite localizar el origen del ruido

En primer lugar, estas técnicas de medición permiten establecer un ranking de las máquinas más ruidosas y hacer un mapa acústico de cada una de ellas en el que se visualizan los puntos calientes desde donde se irradia una mayor energía sonora. “Estos mapas suministran la información indispensable sobre las medidas correctoras para disminuir la emisión de ruido”.

Por ejemplo, para estudiar un torno metalmecánico se utiliza una sonda provista de micrófonos y un analizador con el que se efectúan mediciones en distintos puntos, tales como el cabezal deslizante, la herramienta de corte, el cabezal fijo y el motor. El mapa permite comparar y revela, mediante colores, que el máximo nivel de ruido se produce en los cabezales donde se sujeta la varilla de acero a tornear. ¿Qué se puede hacer en este caso para reducir el nivel global de ruido? Los técnicos sugieren actuar sobre los cabezales encapsulándolos, por ejemplo. Una segunda medición, tras el encapsulado, muestra la eficacia de la medida correctora, ya que el nuevo nivel de ruido emitido en los cabezales ha disminuido entre 8 y 10 decibelios.

“No siempre se puede aplicar esta técnica”, puntualiza Hermelando Estellés, tras haber trabajado en el desarrollo del proyecto Dermia en una docena de empresas. “Con frecuencia –aclara- es más un problema del fabricante de la máquina que del industrial que la usa”. No obstante, “al industrial se le pueden proponer algunas soluciones” como el apantallamiento o el encapsulamiento de la máquina.

Sin embargo, “es más fácil actuar en los recintos”. Otra de las ventajas de la novedosa aplicación de estas técnicas de medición y control es que, aunque “en ocasiones no es posible mejorar de forma sustancial los niveles de ruido que afectan a un operario concreto, sí se puede minimizar su efecto sobre otros trabajadores que realicen sus actividades en el mismo recinto”. No todo el recinto, ni por tanto, los trabajadores que no tienen relación con la fuente de ruido, tienen que estar sometidos al mismo nivel de contaminación sonora. El estudio de los recintos permite proponer al menos el alejamiento de la mayoría de los empleados en el caso de que el ruido no se pueda mitigar suficientemente. En ocasiones puede ser algo tan simple como cambiar una máquina de emplazamiento.

Comprobar la eficacia de las medidas anti-ruido antes de implantarlas

En la actualidad, el equipo investigador responsable del proyecto Dermia trabaja en colaboración con Unión de Mutuas para implantar estas técnicas de análisis y control del ruido en la actividad preventiva en la industria. Van a aplicarlas “en tres empresas de madera, cerámica y mueble, donde -anticipa Estellés- pretendemos estudiar el recinto industrial y aplicar las técnicas de diagnóstico a las máquinas, para ver si se puede hacer un programa de simulación dirigido a implementar medidas de control”.

Utilizando un software europeo, intentan elaborar un modelo que sea útil y aplicable para la empresa en estudio, de manera que las medidas a adoptar puedan simularse antes de ponerlas en práctica para asegurar su eficacia.

Hermelando Estellés augura que en el futuro tal vez se tienda a anticipar los problemas mediante una buena planificación desde el momento del diseño, ya que en lo que respecta al ruido “nos da la impresión de que en el diseño de los recintos industriales no se ha pensado precisamente en ello”.

0 0 votos
Valoración

Juan M. Játiva – Revista Por Experiencia – ISTAS

Fuente

Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

Suscribirme
Notificar de
guest
:arrow: 
:D 
:? 
8-) 
:cry: 
:shock: 
:evil: 
:!: 
:geek: 
:idea: 
:lol: 
:x 
:mrgreen: 
:| 
:?: 
:P 
:oops: 
:roll: 
:( 
:) 
:o 
:twisted: 
:ugeek: 
;) 
 
0 Comentarios
Inline Feedbacks
Ver todos los comentarios