El hombre, de unos 30 años, se precipitó desde una altura de cuatro metros cuando manipulaba un aparato de aire acondicionado en una vivienda.
Algunos vecinos de la zona explican que, al parecer, pisó un ladrillo, que se desprendió y que hizo que se precipitara. El trabajador no llevaba ningún tipo de arnés de seguridad.
El trabajador, que no perdió la conciencia en ningún momento sufre un fuerte golpe en la zona lumbar.
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