En esta ocasión Teresa Pérez nos envía una anécdota relativo al sector de las obras de construcción:
No se si catalogarla como mi anécdota de prevención favorita pero si una de las que siempre que paso por delante de dónde sucedió la recuerdo.
En el año 2004 trabajaba como técnico en prevención de riesgos laborales en un servicio de prevención ajeno. Era el boom de la construcción y muchos de los clientes se dedicaban a este sector.
En una de las visitas que hice en la construcción de unas casas adosadas me recibieron el empresario y su esposa. Esto me llamó la atención, pues no tenía constancia que estuviese de alta en la empresa. Cuando le pregunté qué tarea hacía me respondió que mantener limpia y ordenada la obra. En un primer momento no supe si pensar que me estaban tomando el pelo o si debía mantener una charla seria con ellos porque la mujer iba por la obra recogiendo los restos de cemento, ladrillos, etc… sin ningún tipo de EPI ni cuidado, así que mientras asimilaba la situación empecé con mi trabajo con la visita a la obra.
Yo que pensaba que ya no podían sorprenderme más pero…. si creía que ya lo había visto todo al recibirme….. lo que me esperaba era sorprendente. Lo mejor!! Fue cuando se ofrecieron muy gustosamente a acompañarme a hacer el tour por todos los adosados que estaban construyendo.
Debo reconocer que después de felicitarles por ser la obra que ciertamente mejor cumplía con el punto de orden y limpieza, me volvieron a sorprender y esta vez como jamás hubiese imaginado: Como si se tratase de algo de lo que estar tremendamente orgullosos me enseñaron el montón de latas de cerveza vacías que habían ido recogiendo y acumulando en las cámaras de aire de las paredes.
Su explicación: como si viene un inspector aquí no mirará, no nos podrá regañar.
Realmente no se si me sorprendió más que hubiese alguien sin estar de alta, que no utilizase ningún EPI, que la obra estuviese tan limpia, que tomar tantísimas latas de cerveza no fuese ningún problema o que realmente jamás hubiese un accidente en esa obra.
Espero que os guste y os saque alguna sonrisa como me pasa a mí cuando lo recuerdo. 🙂
Teresa Pérez Llaveria
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