El fabricante sueco de automóviles Volvo, perteneciente al grupo Ford, rechazó hoy tajantemente las acusaciones sobre posibles riesgos para la salud como consecuencia de los campos magnéticos generados en el interior de algunos modelos de la firma.
La firma salía al paso de esta manera del informe publicado la pasada semana, según el cual los campos magnéticos creados en el interior de los modelos que montan la batería en la parte trasera pueden provocar leucemia.
No obstante, Volvo reconoció que sus ventas en Suecia se han resentido en los últimos días como consecuencia de esta información, por lo que ha decidido enviar una carta a 80.000 clientes en la que ofrece una solución para reducir los niveles de los campos electromagnéticos, consistente en reubicar la batería.
Un portavoz de Volvo, Lennart Stroemm, aseguró que la compañía no ha adoptado esta decisión por obligación legal ni porque existan pruebas que demuestren los riesgos para la salud, sino en consideración con sus clientes.
No obstante, Stroemm advirtió de que Volvo no se hará cargo de los costes de esta iniciativa, y precisó que la misma está limitada a los clientes de la empresa en Suecia. “No nos haremos cargo de los cambios porque no hay ningún defecto en nuestros automóviles”, concluyó.
Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
