Supone que el riesgo de ser víctima de esta agresión psicológica es un 40 por ciento mayor en la Administración que para en empresas privadas, donde los afectados son un 15 por ciento.
Así lo explica Iñaki Piñuel, director del Barómetro Cisneros, un estudio periódico de la Universidad de Alcalá de Henares cuya quinta edición se ha centrado en el análisis de “mobbing” en las administraciones. En total, según Piñuel, unos 2,3 millones de empleados españoles “en estos momentos están en una situación técnica de “mobbing” sean o no sean ellos conscientes, porque a veces el trabajador cree que eso es normal”.
“Las causas del “mobbing” que aducen más frecuentemente las víctimas son los celos o envidias profesionales, suponer una amenaza para un jefe o un compañero, solidarizarse con otros compañeros de trabajo o, sencillamente, ser mujer y reivindicar sus derechos en igualdad de condiciones que los varones”, prosiguió. El psicólogo precisó que “ser mujer incrementa en 8 puntos el riesgo de padecer” acoso en el ámbito laboral.
Esta presión se manifiesta en forma de humillación, desprecio, maltrato verbal, supresión de las tareas que corresponderían al trabajador, ruptura de sus canales informativos, etc. Piñuel recalcó que “todos los casos” de acoso laboral tienen como propósito “que el trabajador se vaya de la empresa, bien por su propio pie o porque se ha “fabricado” una causa para el despido que previamente no existía”.
Según los resultados del Barómetro Cisneros, el acoso en el trabajo es más frecuente, en este orden, en las administraciones, la enseñanza (sobre todo en la universidad), la sanidad (enfermeras y auxiliares) y los medios de comunicación; en todos los casos las entidades y empresas públicas superan en incidencia a las privadas. “Hemos encontrado también una incidencia específica de “mobbing” en organizaciones ideológicas, como partidos políticos, sindicatos y ONG, donde no hay exactamente un objetivo económico pero existen fenómenos de poder que se transforman con el tiempo en casos de “mobbing” en algunas circunstancias”, afirmó.
Una característica específica del acoso laboral en la Administración es la mayor duración de las situaciones, con la consiguiente acentuación de los daños psicológicos, que a veces alcanzan el estrés postraumático propio de quienes han vivido grandes catástrofes. “En la Administración pública el “mobbing” tiene como origen grupos, camarillas, facciones de poder que se perpetúan y consolidan como pequeños poderes fácticos”, apuntó Piñuel, que subrayó la gravedad de esta situación en un entorno en el que deberían garantizarse especialmente “los valores constitucionales”.
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