El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha ordenado un incremento del 40 por ciento de las pensiones para 23 trabajadores de Electroquímica Andaluza al reconocer en una sentencia que no se cumplieron las mínimas medidas de seguridad exigidas en el contacto de los empleados con el mercurio.
El portavoz de los ex trabajadores de Electroquímica, Antonio Martínez, expresó su “enorme satisfacción” por esta resolución judicial en la que “resplandece la verdad” y que constituye “un triunfo más de los derechos de los trabajadores”.
Martínez señaló que el alto tribunal andaluz reconoce a esos 23 empleados un recargo del 40 por ciento sobre sus pensiones “por imprudencia de la fábrica al no adoptar las medidas de seguridad e higiene necesarias para evitar el daño que han hecho en la salud” de los trabajadores por el contacto que éstos tuvieron con el mercurio.
“Una vez más, se demuestra que Electroquímica nunca cumplió con las medidas de seguridad que debería haber adoptado y que sus responsables sólo buscaban el lucro y que nunca hicieron inversiones para evitar que los trabajadores contrajeran enfermedades y muerte”, agregó.
Asimismo, se mostró “muy contento” de que el TSJA “no sólo haya ratificado las sentencias de los juzgados de lo Social de Jaén, sino que las haya mejorado todavía más”, ya que en los juzgados jiennenses se les reconoció un incremento del 30 por ciento en las pensiones, un diez por ciento menos que el obtenido ahora.
Esta resolución judicial ha coincidido con la muerte de otro ex trabajador de Electroquímica, que falleció esta semana a los 43 años de edad como consecuencia de un cáncer.
No obstante, Martínez precisó que “trabajó muy poco tiempo en la fábrica, apenas un mes”, y que, por lo tanto, no pueden asegurar que su enfermedad se haya debido a su exposición al mercurio.
De hecho, este empleado estuvo “bastante apartado” de las reivindicaciones del colectivo de ex trabajadores, ya que “entendía que había estado un periodo muy corto de tiempo expuesto” al mercurio.
Además, en su caso no hay analíticas en las que se ponga de manifiesto que sufrió “un alto nivel de contaminación”, por lo que Martínez se mostró cauto y agregó que “no podemos decir nada” sobre este fallecimiento.
Los 85 empleados de esta empresa radicada en Ubeda (Jaén) –19 de los cuales ya fallecieron– aseguran que sus dolencias son provocadas por hidrargirismo, una enfermedad derivada del contacto con mercurio, sustancia empleada en el trabajo cotidiano de la factoría, que cerró hace más de diez años al comprobarse que no cumplía las mínimas medidas de seguridad.
Tras las sentencias del juzgado de lo Social de Jaén favorables a los trabajadores y que reconocían la enfermedad profesional, las empresas recurrían ante el TSJA “aportando nuevas pruebas y exigiendo pasar nuevos reconocimientos, esgrimiendo falsedades e intentando contradecir nuestras pruebas”, según explicaba el propio Martínez hace unos meses, antes del pronunciamiento del TSJA.
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