El Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales informó hoy a la patronal agraria Asaja de que la tularemia, enfermedad que se contrae por el contacto con los roedores, no se puede considerar enfermedad profesional de forma generalizada, sino que debe comprobarse y calificarse caso por caso.
Así figura en la carta que el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, ha enviado al presidente de la patronal agraria en Castilla y León, Donaciano Dujo, que reclamaba la protección social derivada de considerar la tularemia enfermedad profesional ante la plaga de topillos que afecta a la Comunidad Autónoma.
En su escrito a Dujo, Granado afirma que “no cabe en el ordenamiento jurídico establecer una presunción de enfermedad profesional con carácter generalizado respecto de todos los que la padezcan”, y que corresponde al Instituto Nacional de Seguridad Social calificar las enfermedades profesionales.
“Dicha calificación se realiza respecto de cada trabajador, caso por caso, comprobando la existencia de una relación de causalidad entre la enfermedad que se padece, el agente que la produce y la actividad que se desarrolla”, precisa la carta.
Concretamente, la tularemia incluye en el epígrafe de enfermedades infecciosas o parasitarias transmitidas al hombre por animales o por sus productos y cadáveres dentro del grupo de enfermedades profesionales causadas por agentes biológicos, según el real decreto 1299/2006 de 10 de noviembre, por el que se aprueba el cuadro de enfermedades profesionales en el sistema de la Seguridad Social.
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