Los sindicatos británicos declararon la guerra a los zapatos de tacón y aprobaron una moción en favor de “un calzado más práctico” para las mujeres en el lugar de trabajo.
La moción fue aprobada en el Congreso anual que la confederación sindical británica TUC celebra en Liverpool, con el consejo de la Sociedad de Quiroprácticos y Podólogos, que aseguró que en el Reino Unido se pierden cada año dos millones de días de trabajo por dolencias en pies y tobillos.
Con esta iniciativa no se busca perseguir el uso de los tacones, sino que el objetivo es que no haya mujeres que se vean forzadas a llevarlos por el código de vestimenta que imponen sus empresas para ir a trabajar.
Lorraine Jones, de la Sociedad de Quiroprácticos y Podólogos, dijo que esta obligación es muy habitual en tiendas, banca y aviación comercial y recordó que los tacones multiplican por 7 la presión sobre la parte anterior de la planta del pie, lo que puede derivar en lesiones de larga duración en pies, tobillos y rodillas.
“No estamos intentado que se prohíban los tacones altos. Están bien para arreglarse, pero no son buenos para el trabajo”, dijo Jones, quien defendió que las mujeres “puedan tener la opción de llevar calzado más práctico, más cómodo y más saludable”.
La moción aprobada establece que las empresas que promueven el uso de los tacones deberían examinar los riesgos para sus empleadas y cambiarlos por zapatos más cómodos si constatan que suponen un peligro para su salud.
Sin embargo, Loraine Monk, en representación de las universidades, consideró que “debido a esta moción bienintencionada el movimiento sindical será retratado en la prensa como la policía encargada de reprimir la moda” y abogó por abordar de forma global la cuestión de los códigos de vestimenta.
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