La siniestralidad laboral en las obras del Metro de Sevilla ha sido razonablemente baja en los más de cinco años transcurridos desde que la línea 1 empezó a construirse en enero de 2004 en Mairena del Aljarafe (meses antes, en septiembre de 2003, los trabajos ya habían arrancado en los antiguos túneles de Nervión).
Según los datos oficiales, en este tiempo se han producido 464 accidentes laborales, de los cuales el 99% fueron calificados como “leves”, mientras que tan sólo cuatro de ellos se consideraron “graves” por parte de los médicos de la mutua de las empresas. Así pues, la media anual de accidentes se sitúa en 92 entre los que no figura ninguna víctima mortal.
Pilar Moreno, la nueva secretaria general de salud laboral y medio ambiente de CCOO Sevilla, considera que el balance es “bueno, no óptimo, aunque mejorable” y añade que “es muy difícil que las incidencias sean igual a cero con picos en los que la obra ha tenido 1.300 trabajadores” en los distintos tajos, desde Mairena y San Juan hasta Sevilla capital y Montequinto. La línea consta de 18 kilómetros de extensión.
Otra de las conclusiones interesantes que revelan las estadísticas entre 2004 y 2008 es que la cifra de siniestros ha crecido por encima de la media en los últimos tres años, coincidiendo con el momento en que el ritmo de trabajos del Metro de Sevilla se aceleró con tres turnos para tratar de ganar el tiempo perdido. En 2006, el año en que debió inaugurarse la línea, se registraron 100 accidentes, una cantidad superada con creces por los 119 siniestros que tuvieron lugar en 2007 y en 2008, respectivamente. En el primer año oficial de obra (2004) los incidentes no pasaron de 44, mientras que al año siguiente (2005) se incrementaron hasta alcanzar 82.
La naturaleza de la mayoría de las lesiones leves ha tenido que ver con daños en brazos y piernas por sobreesfuerzo debido a una deficiente manipulación, por una carga que ha caído encima al trabajador o bien por golpes en los dedos con alguna herramienta.
En cuanto a las cuatro graves, las lesiones se han debido en un caso a la caída de hormigón (material abrasivo que podría tener consecuencias en la visión) dentro del ojo de un trabajador que manejaba una bomba de hormigonado y en otro al esguince de tobillo de una empleada de administración cuando el tacón de su zapato se quedó atrapado en una rejilla. Los otros dos accidentes graves se han producido en el trayecto del trabajo al domicilio (in itinere).
Pilar Moreno insiste en que estos resultados óptimos indican que “los sindicatos firmantes del acuerdo hemos trabajado de forma permanente con formación y vigilancia de la salud” con toda la plantilla. Desde el principio de la obra del Metro hay cuatro delegados de prevención: dos de CCOO y dos de UGT.
Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
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