El fiscal pide una pena de un año y ocho meses de cárcel a R.R.F. y a M.R.V. como presuntos autores de un delito contra los derechos de los trabajadores y otro de lesiones por imprudencia, por no haber adoptado las medidas preventivas que habrían evitado a un obrero la amputación de un dedo.
El Penal Dos de Logroño celebrará el próximo día catorce la vista oral contra el encargado de la obra y el responsable de la empresa constructora, quienes también tendrán que pagar una multa de 2.100 euros y una indemnización de 50.000 al trabajador lesionado.
Los hechos que se juzgarán ocurrieron en abril de 2002 en una obra de edificación en Ezcaray (La Rioja), donde un empleado se encargaba de la estructura de hormigón.
El hombre se cortó en una mano mientras utilizaba una sierra de corte de cuchilla circular, por lo que perdió el dedo índice derecho y perdió fuerza también en esta mano.
Antes del accidente laboral no se elaboró el preceptivo plan de seguridad ni se hizo una evaluación inicial de riesgos laborales ni se designó a un trabajador para desarrollar labores preventivas ni se informó al obrero lesionado de los riesgos que entrañaba su puesto laboral al carecer de dicho plan.
Según recalca el fiscal en su escrito de acusación, «hay una gran probabilidad» de que el accidente no hubiera ocurrido si se hubiesen adoptado estas medidas preventivas.
El encargado de la obra y responsable de que no hubiera plan de seguridad es R.R.F., mientras que la empresa promotora de las viviendas tampoco se preocupó de exigir la documentación de prevención a la contrata a través de M.R.V., quien era el coordinador de seguridad.
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