El obrero fallecido el pasado martes en Haro, de incluirse en la estadística oficial, sería el número ocho en lo que va de año, repitiendo así la cifra de todo 2007.
Estos datos suponen un incremento sensible respecto a la buena línea de los últimos años. Exceptuando las 14 muertes de 2005, el año 2003 cerró con “sólo” tres muertes, por cinco en 2004, y cuatro en 2006.
Atrás quedaban años negros como 1999 o 2000, que concluyeron con 16 y 15 fallecidos, respectivamente, de acuerdo con los datos del Ministerio.
Esta última tendencia ha puesto en jaque a los sindicatos. UGT y CCOO se manifestaron ayer ante sus respectivas sedes, en protesta por unas cifras “inaceptables” y con un discurso centrado en la exigencia a las empresas de que prioricen la puesta en marcha de planes de prevención, y a la Administración que intensifique su vigilancia.
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