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El virus de la gripe A (H1N1) se propagó por todo el mundo en 2009. Ante la gravedad de la pandemia, en España se llevó a cabo una campaña de vacunación que incluyó a los profesionales de la salud, sin embargo, la mayoría de los sanitarios optó por no vacunarse. Un amplio estudio realizado en siete comunidades autónomas analiza ahora los factores que influyeron en aquella falta de respuesta.

Las mujeres, el personal de enfermería y los menores de 45 años fueron los colectivos que menos se vacunaron, según el artículo que recoge los resultados en la revista Research in Nursing & Health. En general, quienes tomaron esa decisión lo hicieron por considerar que no convivían con personas que fueran grupo de riesgo y por tener poca convicción sobre la eficacia de la vacuna. Además, mostraron poca preocupación por contraer la enfermedad, por infectarse en el trabajo y por transmitirla a los pacientes. Quienes no se vacunaron frente a la gripe A tampoco solían hacerlo frente a la gripe común.

“Ante la situación de alerta establecida por el Estado en aquel momento y atendiendo a que los profesionales de la salud corresponden a un grupo de especial interés para el control de la gripe, los resultados ideales serían unos datos de vacunación altos”, explica uno de los responsables del estudio, Antonio Molina de la Torre, investigador del Área de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de León.

El estudio se llevó mediante una encuesta en la que participaron 1.661 profesionales de Andalucía, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, Madrid, Navarra y País Vasco. Todos respondieron preguntas acerca de la vacuna estacional y pandémica. En la temporada 2009-2010, el 38,2% se había puesto las dos, el 22,1% tenía solo la vacuna estacional y el 4,7% solo la pandemia.

El objetivo era “buscar aspectos que caractericen a aquellos profesionales de la salud que decidieron no vacunarse de la gripe pandémica con el fin de plantear futuras intervenciones que vayan dirigidas a mejorar las tasas de vacunación en estos grupos”, señala el autor. Además, “es un estudio que por su diseño es susceptible de sufrir bastantes sesgos, por lo que todos estos resultados hay que tomarlos con cautela”, advierte.

No obstante, muestra una tendencia que los expertos consideran preocupante. “La vacuna contra la gripe es una medida primordial en la prevención de la enfermedad al generar inmunización personal, pero también por reducir la susceptibilidad a nivel comunitario”, destaca Molina de la Torre. En particular, es recomendable para el personal sanitario, ya que constituyen “la primera línea en el sistema de salud y, dada su proximidad a los pacientes infectados, pueden tener un papel como posibles transmisores a otros pacientes que son grupos de riesgo, pero también por su papel como modelo a seguir”, señala.

Aunque ya se realizan campañas para fomentar la vacunación antigripal tanto entre los grupos de riesgo como entre los profesionales sanitarios, los datos de este estudio permiten planificar mejor estas acciones.

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agenciasinc.es

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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