Un juzgado de Zafra sentenció que un empleado herido en un accidente laboral, tenía que ser indemnizado con 83.914 euros, no los va a cobrar. La sentencia ha sido recurrida a la Audiencia Provincial de Badajoz que ahora la ha anulado, ya que el causante del accidente ha sido el propio trabajador herido.
El accidente ocurrió en una empresa de Zafra en el año 2007. Esta industria tenía concertado el servicio de limpieza de sus instalaciones, y uno de los trabajadores de esta empresa es el que tuvo el accidente.
La Audiencia de Badajoz, la sección segunda, dice que es altamente esclarecedor, sobre la forma en como sucedió el accidente, el informe emitido por la Dirección General de Trabajo de la Consejería de Economía y Trabajo. El empleado manejaba una carretilla elevadora que transportaba una batea de virutas. Cuando iba a vaciar la batea sobre un contenedor, se dio cuenta de que se le había olvidado quitar la cadena de seguridad de que dispone la batea para impedir su volteo involuntario. Para quitar la cadena se subió sobre el guardabarros de la rueda delantera izquierda de la carretilla. Cuando intentaba acceder a la cadena resbaló, con tan mala suerte que al caer dio con la mano a la palanca que acciona la inclinación del mástil portahorquillas de la carretilla, lo que le provocó un atrapamiento y un fuerte golpe en el abdomen.
El trabajador demandó a su empresa y a las aseguradoras, que fueron condenadas, por el Juzgado de Primera Instancia número 1 de Zafra, a pagarle casi 84.000 euros. Las cuatro empresas recurrieron la sentencia al considerar que el trabajador tenía la culpa, y la Audiencia de Badajoz les ha dado la razón, ya que asegura que el siniestro ocurrió por la imprudente forma de proceder del empleado.
La empresa de limpieza ha acreditado que impartió al accidentado un curso sobre Seguridad en el manejo de carretillas elevadoras, en el que se le recalcó que jamás debía abandonar la carretilla con una carga levantada o suspendida; y que si realizaba paradas durante el trabajo, la carretilla ha de permanecer con la horquilla bajada. El propio empleado reconoció en una primera declaración manuscrita de fecha 12 de marzo de 2007, que él apoyó el pie en el guardabarros de la rueda delantera, que resbaló y dio con una mano en la palanca que movió el mástil que luego le aprisionó.
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