Si hay que hablar de tendencias de las nuevas tecnologías inteligentes, una de las más claras es la ehealth o, dicho de otra forma, la salud digital. Es decir, de la posibilidad de atender y tratar a los pacientes a distancia, una nueva vía que está transformando los sistemas sanitarios de países como el nuestro donde existen multitud de casos de éxito -especialmente entre pacientes con enfermedades crónicas- y que parece ya irremediable.
Los ponentes hablaron sobre el uso de la telemedicina o la telemonitorización de enfermos que hará posible la práctica clínica remota así como de la digitalización de la información del paciente. «En 10 años hemos conceptualizado el problema, visto las barreras que existen y ya podemos pasar de los estudios piloto al despliegue real», se convence Josep Roca, director de la Unidad de Función Pulmonar del Hospital Clínic, quien considera «probada» la eficiencia de las TIC aplicadas a la salud, aunque ahora «el problema es de cambio cultural y organizativo».
Hasta ahora la retribución de los profesionales es por visita y vamos al pago por resultado.
Una tesis que no dudaron en reforzar los demás ponentes de la mesa, que representaban desde industria hasta política y, por supuesto, los propios médicos, a quienes también hay que convencer progresivamente de las bondades de que la tecnología entre en la consulta y en la casa del paciente algo que, para empezar, va en detrimento de las retribuciones que perciben.
«Nuestros servicios están orientados además al cara a cara», comentaban los miembros de la mesa redonda, convencidos de que hemos iniciado el camino hacia un cambio organizativo profundo en los centros de atención sanitaria e incluso de que existe una necesidad de perfiles profesionales distintos. No será sencilla la evolución de un sistema que, «estaba basado en episodios, en visitas» a uno que quiere evitar urgencias o ingresos y que implica «más contacto pero menos visitas aunque, cuando las hayan tendrán más valor».
Y es que la formación es otro de los puntos controvertidos de la reconversión digital de los sistemas de salud. «Las escuelas de medicina y enfermería suelen ser uno de los grandes obstáculos para el cambio», opina, convencido no obstante de que el «despliegue real» de estas posibilidades harán llegar el cambio a las escuelas de formación.
En cualquier caso, de algo están todos convencidos: nos dirigimos hacia una nueva sanidad «4P»: preventiva, predictiva, participativa y personalizada lo que, por cierto, abre una nueva vía de negocio al rescatar del olvido a algunos medicamentos que habían sido descartados por afectar negativamente a un grupo de población. La tecnología está lista pero las barreras existen y hay que derribarlas, algo que pasará más rápido, señalan, si hay liderazgo político y una mayor comunicación con los implicados para que no vean las nuevas tecnologías como amenaza sino como aliado para una atención mejor. La salud del paciente sigue siendo lo primero.
Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
