El Juzgado de lo Social 5 de Granada ha considerado improcedente el despido del director de la sucursal granadina de la empresa Ocaso Seguros S.A., Antonio R.M., obligando a la compañía a readmitirlo o pagarle una indemnización de 88.865 euros, aunque ha rechazado la demanda por mobbing presentada por el trabajador, al considerar que no hay indicios suficientes que determinen que su depresión es consecuencia de un presunto hostigamiento empresarial durante dos años.
La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, considera que su ansiedad y depresión, que le obligaron a darse de baja en la empresa y a iniciar un tratamiento farmacológico, “no se produjo como consecuencia de vejaciones, críticas a méritos profesionales o a la vida personal, sino que estuvo ligada al hecho de saber que podía ser despedido”, del que no se puede hacer responsable a la empresa, por lo que la absuelve de pagar los 180.000 euros que reclamaba el trabajador en concepto de daños y perjuicios.
Asimismo señala que tampoco se ha probado que la empresa lo obligara a trabajar mientras estaba de baja, que fuera “indigno” el que le obligara a viajar en tren y no en avión, ni que la privación del móvil de empresa para efectuar llamadas, los medios informáticos o el propio traslado del despacho fuera “intencionada” sino fruto de “incidencias en la red de la sucursal”.
Sin embargo, el juez sí estima parcialmente la demanda presentada por el trabajador en lo referente a la improcedencia del despido, que se produjo el 15 de octubre del año pasado a juicio de la empresa, por el trato vejatorio que daba a sus subordinados, basándose en anónimos y en las quejas manifestadas por algunos de ellos, así como en una bajada de la producción.
Según la sentencia, el que no se cumplieran las altas expectativas de la emprea para 2003 en la sucursal Granada no fueron responsabilidad del trabajador, cuyo trabajo en años anteriores fue recompesado y felicitado por los directivos de Ocaso, sino por las bajas producidas en la entidad, especialmente la de un comercial que se llevó una importante cartera de clientes, lo que obligó al resto del personal a dedicarse a recuperarlos en vez de captar nuevos contratos.
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