Un 34 por ciento de la población padece insomnio y las personas que sufren este problema de forma crónica tienen 2,5 veces más posibilidades de padecer un accidente de tráfico o laboral que los no insomnes, según ha asegurado Gonzalo Pin, director de la Unidad Valenciana del Sueño.
Las consecuencias de la vigilia son, a corto plazo, somnolencia, cansancio, dificultades para realizar las actividades diarias o para mantener el nivel de productividad laboral, y a largo plazo depresión, ansiedad o trastornos emocionales.
Así, las personas que sufren insomnio crónico tienen un 40 por ciento más de posibilidades de convertirse en enfermos psiquiátricos por depresión o ansiedad.
Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.