El incendio declarado en una fábrica de plásticos de Manuel ha producido una “nube tóxica densa y de colar negro”, aunque la dirección del viento ha propiciado que empiece a dispersarse en dirección hacia el mar, informaron fuentes de la policía local y del Centro de Emergencias.
La nube afecta al menos a cinco poblaciones de la Ribera Alta, Manuel, L,Enova, Rafelguaraf, Senyera, Carcaixent y Pobla Llarga, que suman unos 30.000 habitantes y cuyos colegios han sido cerrados como medida preventiva para evitar que los niños inhalen los gases tóxicos.
El incendio, que se inició poco después de las cuatro de la pasada madrugada, ha quedado controlado poco antes de las nueve de la mañana, aunque la extinción total será larga y laboriosa por los productos inflamables que había en el interior de la fábrica.
Fuentes de la Policía Local de Manuel han señalado que los agentes patrullan las calles, que están prácticamente desiertas, y que el humo “muy denso y de color negro” es “respirable. Se siente el olor a plástico”.
La nube está situada justo encima de la población y, por su densidad, se encuentra a corta distancia de los edificios, según las mismas fuentes, que expresaron su preocupación de que unas condiciones climatológicas adversas hagan descender el humo.
No obstante, Fuentes del Centro de Coordinación de Emergencias han informado de que la nube empieza a desplazarse en dirección al mar empujada por el viento del oeste. Hasta el momento no se tiene constancia de que haya habido personas intoxicadas por inhalación de humo, según indicaron las mismas fuentes.
El cierre de los colegios ha obligado a los niños a regresar a sus casas, y a las 9.25 horas podía observarse autobuses llenos de escolares que regresaban a sus lugares de origen, especialmente desde Carcaixent, población a donde acuden a estudiar muchos niños de las poblaciones limítrofes.
La fábrica afectada por el fuego se encuentra situada a las afueras de la población de Manuel, en una zona aislada y alejada de otras industrias, por lo que no hay peligro de que se propaguen las llamas a otros inmuebles. Se trata de tres naves adosadas, con una superficie total de unos 1.000 metros cuadrados, que agrupan a las empresas Covalet, Fellofix e Indupol, al parecer del mismo propietario y dedicadas a la misma actividad.
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