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El Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) se reúne en Rande (Pontevedra) con los socios del proyecto SAUDE para avanzar en el diseño y desarrollo de un Equipo de Protección Individual que mejore las condiciones de trabajo y de salud de los trabajadores del marisqueo a pie.

Esta iniciativa tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de estas mariscadoras gallegas a través de la mejora de la indumentaria que utilizan durante la jornada laboral.

La Conselleria de Pesca e Asuntos Marítimos de la Xunta de Galicia ha promovido esta iniciativa que coordina el Centro Tecnológico del Mar (Cetmar) y que cuenta con la participación, además del IBV, del Centro Tecnológico Leitat, la Asociación Gallega de Mariscadoras (Agamar) y el Instituto Gallego de Seguridad y Salud Laboral (ISSGA).

El marisqueo a pie es un trabajo que se desarrolla en el agua y con el tronco flexionado, en condiciones climáticas adversas. En líneas generales, debido a las tareas que realizan, los trabajadores manifiestan dolores en los hombros y el cuello, en las muñecas y en la zona lumbar.

Desde el 1 de enero de 2007, las dolencias producidas por el trabajo del marisqueo, se reconocen como enfermedades profesionales, según informó la entidad. La artrosis y las dolencias de cervicales son algunas de las enfermedades más comunes en este colectivo.

El 95% de las personas que trabajan en el sector del marisqueo a pie son mujeres, una situación que viene determinada por el hecho de que esta actividad fue siempre considerada como complementaria o “de apoyo” a la economía familiar. La mitad de las mariscadoras tienen más de 50 años, según indica el estudio médico realizado por el ISSGA.

El Instituto de Biomecánica de Valencia es el socio encargado de realizar la evaluación de riesgos ergonómicos de las tareas del marisqueo a pie, con el fin de identificar problemas para la salud y generar criterios ergonómicos y de confort para mejorar la indumentaria de las mariscadoras como equipo de protección, explicó el IBV.

Si este tipo de indumentaria no es ergonómica “puede hacer que el usuario tenga que realizar movimientos inadecuados para compensar las molestias creadas y, por lo tanto, aumente el riesgo de lesión”.

El IBV ha propuesto los parámetros que deben cumplir estos equipos de protección para mejorar la ergonomía y el confort percibido por el trabajador.

Por ejemplo, ha recomendado que estos equipos “favorezcan la alternancia de posturas durante el desarrollo de la actividad, lo cual permitirá a las mariscadoras reducir el tiempo de exposición a posturas que les generen molestias en zonas específicas del cuerpo”.

En este sentido, el IBV realizará una selección de materiales y tecnologías existentes para EPIs, con el fin de cumplir con las necesidades y especificaciones establecidas en materia de seguridad, ergonomía y confort. Además, el IBV definirá y supervisará la implementación de estas recomendaciones y definirá los procedimientos para la evaluación final de los EPIs por parte de los trabajadores.

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Redacción Prevention World

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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