Durante los dos primeros meses del año uno de cada tres siniestros laborales mortales producidos en Galicia se concentraron en la provincia. En total, fueron doce los trabajadores gallegos que se dejaron la vida en el tajo, cuatro de ellos en la provincia de Ourense; según el último informe elaborado por el Instituto Galego de Seguridade e Saúde Laboral.
Los accidentes tipificados como graves casi se duplicaron con respecto al mes anterior, pasando de 4 a 7, cifra que también supera los cinco casos registrados en el mismo período del 2009.
En términos absolutos, la siniestralidad laboral aumentó un 15% en febrero con respecto al mes anterior, pasando de los 263 casos en enero a los 327, lo que suma un total de 590 accidentes en la provincia en lo que llevamos de año.
La crisis económica parece repercutir negativamente en la seguridad laboral, a pesar de la tendencia alcista de las cotas de paro.
Dentro del colectivo femenino, que se caracteriza por sufrir más directamente las consecuencias de la crisis, los siniestros de tipo leve se mantuvieron constantes con respecto al mismo período del mes anterior, mientras que los graves aumentaron ligeramente.
Accidentes “in itínere”
Los accidente laborales “in itínere”, es decir, aquéllos que se producen durante los desplazamientos entre el domicilio y el lugar de trabajo, muestran cifras más esperanzadoras. Durante los dos primeros meses del año no se produjo ningún accidente laboral grave in itínere, mientras que en el mismo período del año anterior se registraron tres. Tampoco se produjeron accidentes mortales de este tipo. Una situación que se debe, en gran medida, al descenso de los accidentes de tráfico, según los analistas de la consellería de Traballo.
En cambio, los accidentes “in itínere” de tipo leve aumentaron un 30% durante los meses de enero y febrero de 2010, pasando de 30 a 49 siniestros.
Por colectivos, las mujeres acumulan mayores índices de siniestralidad en el sector servicios, en el que se registró un accidente grave y 52 leves. A mucha distancia, el sector con más siniestralidad fue el de la industria con 19 siniestros de tipo y, por último el de la agricultura con tres siniestro leves y ninguno graves.
El único sector en el que el colectivo femenino no registró ningún accidente laboral fue el de la construcción.
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