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Reducir el calor necesario para dar forma a piezas metálicas tiene muchas ventajas. Investigadores financiados por la Unión Europea desarrollaron un proceso de producción que amplía en gran medida las aplicaciones actuales de forja semicaliente.

Cuando se menciona la palabra fragua, mucha gente piensa en el taller de un herrero. De hecho, el trabajo del herrero, es decir, calentar y dar formas útiles al metal, sigue siendo importante y es un proceso que se denomina forja.

La forja en caliente requiere calentar el metal a temperaturas muy altas y por ello consume una gran cantidad de energía. Además, las elevadas temperaturas empobrecen la calidad de las superficies, hacen que se desperdicie material y provocan la formación de una capa de óxido.

En un esfuerzo por reducir el impacto medioambiental y los costes, al mismo tiempo que se mejoran la precisión y la calidad del producto final, la fabricación ha dirigido su atención hacia la forja en semicaliente o en templado.

La forja en semicaliente se ha utilizado con éxito para fabricar piezas simétricas en torno a un eje dado (simetría rotacional). Los investigadores europeos propusieron extender esta tecnología a piezas sin simetría rotacional, gracias a la financiación del proyecto Desproch («Diseño de una cadena de proceso semicaliente»).

Éstos evaluaron los requisitos y adaptaron las geometrías de forjado seleccionadas para el proceso en semicaliente utilizando diseño asistido por ordenador (CAD). Se analizaron las secuencias del proceso de forjado mediante simulaciones de flujo de materiales, utilizando el análisis de elementos finitos (AEF). Con este método se analizan a nivel individual y de sus interrelaciones fragmentos diminutos (elementos finitos) del material.

Después de haber desarrollado y producido las herramientas de forjado necesarias, además de diseñar la cadena de proceso, se probó y evaluó la línea de producción. Se desarrollaron especificaciones para la garantía de la calidad para ello, y para su utilización en la manufactura en general.

El consorcio Desproch consiguió establecer una línea de producción para la forja en semicaliente de piezas largas con asimetría rotacional. Así, el equipo pudo ampliar la gama de piezas a las que puede aplicarse este proceso económico y respetuoso con el medio ambiente, para producir piezas de alta calidad en menos tiempo y con menos residuos.

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cordis.europa.eu

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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