Este nuevo trabajo sobre los efectos de la contaminación atmosférica viene a sumarse a otro, aparecido la semana pasada, en el que los investigadores de la Asociación Médica Estadounidense (AMA), vinculaban la polución del aire a diversas enfermedades respiratorias y a daños en el tejido pulmonar.
Según los investigadores de la Universidad de Michigan, responsables del estudio, la respiración durante dos horas de aire cargado con partículas y ozono provoca, en personas sanas, un estrechamiento de entre el 2 y el 4% de la abertura total de los vasos sanguíneos. Según explicaron en un artículo publicado en la revista de la AMA “Circulación”, “este efecto de la contaminación supone una amenaza para las personas que, por diferentes razones, tienen reducida la capacidad de flujo sanguíneo al corazón”.
Según la Agencia de Protección Ambiental Estadounidense (EPA), este tipo de contaminación podría estar relacionado con unas 60.000 muertes al año. En concreto la contaminación agravaría enfermedades cardiovasculares, que hoy en día son la primera causa de mortalidad en los países desarrollados.
A diferencia de las grandes partículas que penetran en las vías respiratorias, que son detectadas e interceptadas en su camino hacia los pulmones, las pequeñas partículas, las de menos de 2,5 micrómetros, pueden penetrar hasta los alvéolos y abrirse camino desde allí hacia la sangre. Según los científicos, la respuesta del sistema inmunológico contra esas partículas se realiza mediante la liberación de unas sustancias inflamatorias llamadas citoquinas, que provocan además un estrechamiento de los vasos sanguíneos.
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