La Federación de Entidades de la Construcción de Barcelona (FEC), que agrupa a las patronales catalanas más importantes del sector, ha elaborado un manifiesto empresarial «Para la mejora de la prevención de riesgos en el sector de la construcción» que entre otros aspectos propone a la Generalitat la creación de un «organismo independiente», dentro del ámbito de la Formación Profesional. Este organismo certificaría las aptitudes «físicas y psíquicas» necesarias para las personas que pretenden trabajar en el sector de la construcción.
Por su parte, el presidente de la Cambra de Contractistes d Obres de Catalunya (CCOC), Rafael Romero, presentó ayer una batería de medidas para reducir la siniestralidad laboral en la construcción en Cataluña, que han sido consensuadas también con el Gremi de Contructors d Obres de Catalunya, la Agrupació de Promotors Constructors d Edificis (APCE) y el Gremi de Contractistes d Obres de Lleida.
Los representantes empresariales se quejaron de las dificultades que encuentran a la hora de contratar a trabajadores cualificados y criticaron la actitud de la Generalitat en materia de Formación Profesional, ya que «no pide la opinión del sector para la revisión de las materias y se preocupa más de que el Gobierno no pise sus competencias autónomicas» en este terreno, por encima de mejorar su eficacia, apuntó Romero.
Por su parte, el presidente del Gremi de Constructors d Obres de Catalunya, Joan Santaeulària, afirmó que «la cualificación que alegan los trabajadores no se puede comprobar y la falta de mano de obra en el sector de la construcción hace que muchas veces se tengan que contratar lo que viene», independientemente de su formación.
Dentro de su manifiesto empresarial «Para la mejora de la prevención de riesgos en el sector de la construcción», los constructores catalanes también proponen la elaboración de un código disciplinario que sancione a aquellos trabajadores que incumplen las medidas de prevención de riesgos laborales. Este código, que los empresarios del sector piensan tener listo antes de que acabe el año, contemplará las faltas más habituales de los trabajadores en materia de seguridad y salud en trabajo y las calificará como «leves» o «graves» para su correspondiente sanción.
Romero expresó su deseo de que los sindicatos catalanes colaboren en la elaboración de este código, aunque aseguró que los empresarios lo llevarán a cabo «con o sin el apoyo sindical», ya que «recogerá las normas ya establecidas en el convenio estatal de la construcción».
Otras propuestas de las patronales para reducir los accidentes laborales en la construcción, que se han cobrado casi veintena de vidas en Cataluña en los últimos dos meses, son la introducción de un coordinador de seguridad en la fase del proyecto de una obra, que es en el periodo en el que se originan el 60 por ciento de los accidentes.
Para los constructores, la temporalidad y la subcontratación no generan mayores riesgos en el trabajo, pues, según explicó el presidente de la CCOC, «no hay relación causa efecto, sino una coincidencia en las estadísticas».
La mayor parte de los accidentes, explicó, se deben a problemas en la fase de proyecto de la obra, a la cualificación de los trabajadores del sector y la gestión «compleja» de un sector en el que intervienen diferentes actores.
En cuanto a la posibilidad de que muchos accidentes se produzcan por fijar fechas de finalización de obras poco realistas, que hacen necesario el trabajo «a destajo» por parte de los profesionales, Romero aseguró que, en cualquier caso, «los plazos de ejecución artificiales son siempre por motivos extraprofesionales, como la exigencia de celeridad por la llegada de unas elecciones».
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