Los sindicatos apuntan a varios razonamientos para explicarlo. «Primero porque la gente aguanta más antes de pedirse la baja. Prefieren tener contenta a la empresa por si en el futuro hubiera un recorte de plantilla. Pero además es que la ocupación ha caído», apuntan desde UGT y CSIF.
Pero hay otro motivo. Hay menos bajas porque hay menos accidentes. «El índice de siniestralidad ha caído más del 52% en la Comunitat en los últimos ocho años, cuando se iniciaron los planes de actuación preferente. Esto supone que sólo 4,7 de cada 100 trabajadores valencianos sufre un accidente de trabajo», aseguró el director general de Trabajo de la Conselleria de Economía, Román Ceballos, durante las II Jornadas sobre la Seguridad Vial celebradas en Valencia esta semana.
De las 43.915 bajas contabilizadas por el Ministerio de Trabajo hasta septiembre, 43.357 son leves. La industria y los servicios aglutinan la mayoría. «En la construcción el riesgo a sufrir un percance se duplica», apuntó el responsable de la Conselleria.
Lo que aumenta son los accidentes laborales en el asfalto valenciano. Mientras en 2003 los accidentes in itinere no llegaron a los 8.000, en 2008 se dispararon hasta los 9.397. La Conselleria ya ha contabilizado 37 víctimas mortales este año.
Muertes
Las víctimas mortales tiñen de negro las estadísticas sobre accidentalidad. Según datos del Ministerio de Trabajo, este año han fallecido en la Comunitat 63 personas. Intersindical Valenciana denuncia que la valenciana está a la cabeza de las regiones españolas en cuanto a fallecidos por accidente laboral.
En octubre un hombre de 61 años perdió la vida al caer desde una altura de cuatro metros sobre una cinta transportadora en una empresa de prefabricados de hormigón de Benisanó. Al parecer, el fuerte golpe que recibió en la cabeza le causó la muerte.
El 22 de mayo otras dos personas perecieron mientras trabajaban. Se trata de un operario de 35 años y nacionalidad boliviana, que se precipitó por el hueco del patio de luces cuando cumplía con su tarea en un edificio en construcción en Alicante. Las primeras investigaciones apuntaron a que el fallecido, que vivía en la capital alicantina, estaba casado y tenía tres hijos, realizaba tareas de pintura en un balcón de la vivienda cuando cayó al vacío.
Pocas horas después, una trabajadora de 34 años fue atropellada por un camión en un polígono industrial de San Fulgencio. La fallecida fue arrollada cuando descargaba las mercancías de su vehículo.
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