J.L.A.C., de 23 años de edad, falleció como consecuencia del accidente ocurrido en el tanque 76-F de la refinería de Repsol Petróleo en Puertollano donde la petrolera estaba realizando trabajos de mantenimiento. En dicho accidente también resultó herido de gravedad A.P.R., de 43 años, que fue trasladado al hospital Santa Bárbara de Puertollano con fracturas de varios huesos en ambas piernas.
El suceso se produjo alrededor de las 13.00 horas cuando ambos trabajadores se encontraban en el interior del tanque, de unos 15 metros de altura, arreglando el cierre. El techo flotante del mismo estaba sujeto a unos soportes situados a unos dos metros y medio del suelo y por causas desconocidas se soltó y cayó sobre ambos.
Antonio Pinto logró sacar medio cuerpo por el agujero que se conoce como boca de hombre con lo cual la tapa de acero solo le aplastó la parte inferior del cuerpo produciéndole diversas fracturas en ambas piernas. Fue el primero que puedo ser rescatado por los servicios de emergencia de la compañía alrededor de las 14.30 horas y trasladado al hospital Santa Bárbara de Puertollano.
Pero J.L.A. corrió peor suerte ya que la plancha de acero de la tapa le impactó en todo el cuerpo y aunque el mecanismo de ésta hace que no llegue hasta el fondo del tanque, sino que se queda a unos 30 centímetros del mismo, el impacto que recibió le causó la muerte. En los primeros minutos, según comentó a este diario un trabajador que se encontraba cerca del lugar, se le oyó quejarse y decir «me duele, me duele», pero esos lamentos solo duraron apenas un par de minutos y después no volvió a emitir ningún sonido, lo que causó la alarma de los servicios de emergencia y del personal de la compañía que se dirigió de inmediato al lugar de los hechos.
El rescate de ambos fue muy laborioso ya que las dos grúas que se utilizaron para izar la tapadera de acero apenas podían con ella y fue necesario abrir un hueco en un lateral del tanque para extraer el cuerpo del herido e igualmente supuso una laboriosa labor acceder hasta el trabajador que resultó muerto.
La compañía en el momento de suceder el siniestro activó todos los servicios de emergencia y avisó al 112 que desplazó hasta el lugar a efectivos del Cuerpo Nacional de Policía, Policía Local y bomberos del 1006. Ni los bomberos del 1006 ni los efectivos de la Policía Local pudieron acceder al Complejo ya que la empresa agradeció su presencia pero dijo no necesitarlos. Quienes sí estuvieron presentes en las labores de rescate fueron los efectivos de la Policía Judicial y los bomberos de Repsol. La Juez de instrucción llegó a la refinería pasadas las 16.00 horas, al igual que el furgón del Tanatorio Virgen de Gracia donde fue trasladado el cadáver, una vez se procedió a su levantamiento.
J.L.A. es natural de Puertollano donde residía, aunque su padre es de Argamasilla de Calatrava. Llevaba casado un año y medio aunque no tenía hijos. Personal de Repsol acudió al tanatorio a acompañar a sus familiares y amigos en tan tristes momentos. Su entierro será hoy a las 16,30 en la parroquia de San Antonio de Padua.
En cuanto a A.P. es natural de Puertollano donde reside y, una vez estabilizado su estado en el hospital Santa Bárbara, la mutua de accidentes con la que trabaja MH decidió su traslado a la clínica Asepeyo de Coslada para continuar con su recuperación.
Su estado era estable y no corría peligro su vida aunque tuvo que ser intervenido quirúrgicamente de las heridas sufridas en ambas piernas. El herido era delegado sindical de CCOO en la empresa MH.
Por su parte el responsable de Recursos Humanos del Complejo, Salvador Saura, manifestó la consternación de la empresa por lo sucedido y expresó su pésame hacia la familia del fallecido y el deseo de la pronta recuperación del herido. La compañía mantuvo informado al alcalde de Puertollano y al resto de autoridades locales y provinciales del accidente.
Este nuevo accidente en la refinería de Repsol hizo recordar a los sindicatos y a los trabajadores de las contratas el ocurrido el 14 de agosto de 2003 que costó la vida a nueve trabajadores de la contrata, lo que provocó movilizaciones para exigir mayores medidas de seguridad y una compensación económica por el riesgo que supone la realización de determinadas tareas.
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