Al menos 36 trabajadores, según un balance provisional, perdieron ayer la vida en uno de los pozos de la mina Zasiadko, situada en la cuenca hullera de Donetsk (Ucrania). Otros 22 mineros se encuentran desaparecidos y 17 tuvieron que ser hospitalizados, algunos de ellos con quemaduras muy graves. El accidente, provocado por una explosión de grisú, se produjo a las 9,50 hora local (7,50 en España). En ese momento, en la galería afectada había un total de 257 trabajadores, 155 de los cuáles han podido ser evacuados por los equipos de rescate.
Zasiadko fue ya escenario de otra tragedia en mayo de 1999. Entonces, otra explosión de gas metano segó la vida de 49 mineros. Sin embargo, el accidente minero más grave que jamás antes se haya producido en Ucrania tuvo lugar en marzo del año pasado en la cuenca hullera de Lugansk. El número de trabajadores muertos fue 80.
Al igual que en otras ocasiones, el Gobierno ucranio ha creado una comisión de investigación para esclarecer los hechos y se espera que hoy se traslade a Donetsk el presidente ucranio, Leonid Kuchma. Tragedias similares se repiten en Ucrania con alarmante frecuencia debido al lamentable estado de sus instalaciones mineras y a la ausencia de dispositivos de seguridad fiables. Los desprendimientos, la mala ventilación y las averías en los ascensores suelen estar directamente relacionadas con estos accidentes. Cada año mueren en Ucrania una media de más de 300 mineros y en lo que va del presente son ya 140 los trabajadores que ha dejado su vida en los pozos a cambio de un salario ínfimo.
Esta catástrofe se suma a una larga lista de accidentes del mismo tipo ocurridos en la última década en el mundo. El más grave de ellos, con 263 muertos, tuvo lugar en Turquía en 1992. Pero en el 89, en las minas de carbón de Aleksinac (Yugoslavia), un incendio a 700 metros de profundidad causó la muerte de 90 mineros. Un año después, hubo que contabilizar 68 fallecidos en Yeniceltek (Turquía), esta vez a causa de una explosión de grisú.
También en 1990, en la mina de Dobrnja-Kreka, en Bosnia-Herzegovina, otra explosión causó 180 muertos.
En el 91, por el mismo motivo, en la mina de Sanjiahoe, en la provincia china de Shanxi, el número de víctimas ascendió a 147 muertos.
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