El informe, que examina las condiciones de trabajo y el conocimiento en salud labora de 40.000 trabajadoras castellano-manchegas, establece que la autónoma tipo de la región es española (97%), de entre 30 y 49 años, trabaja sola en un negocio con más de cinco años de existencia (70%) y en más de un 50% de los casos no ha recibido información ni asesoramiento alguno sobre la prevención de riesgos laborales, más allá de la idea básica de que el trabajo afecta a la salud. El resto, dijo Perea, tienen una información “muy superficial” a través de los medios de comunicación.
Las grandes olvidadas
El coordinador regional de ATA atribuyó este desconocimiento a que la Administración no se preocupa de sensibilizar sobre esta materia a este colectivo, de manera que los autónomos son “los grandes olvidados en esta cuestión”, y a la carencia de estudios previos sobre esta problemática que analizaran la situación de las autónomas. Y ello, añadió, a pesar de que componen el 28% de este colectivo en la región, y a que están resistiendo mucho mejor la crisis que sus compañeros, dado que su ritmo de decrecimiento (2,2%) es sólo una tercera parte del de los varones.
El estudio también pone de manifiesto el impacto del estrés en la salud de estas mujeres, y la influencia que tiene en su aparición el esfuerzo de conciliar la vida laboral y familiar. El 80% tiene cargas familiares añadidas a su trabajo, que casi nunca tiene horario fijo, y el 88% se queja de que las dificultad de compaginar ambas vertientes de su vida le supone “una mayor sobrecarga física y mental”, debido en parte a la falta de paridad en el reparto de tareas domésticas; esto, a su vez, es “uno de los desencadenantes de esta falta de conciliación”, según Perea.
Así, el 70% de trabajadoras autónomas manifiesta haberse sentido “muy nerviosa”; el 39% reconoce haber padecido “episodios de desánimo”; el 85% siente agotamiento; el 73% ha padecido problemas de sueño por el estrés; el 60% está “irritable” por la misma causa; un 56% se queja de tnsión en los músculos; y un 40% afirma sentir “dolor y opresión en el pecho”.
La sobrecarga de trabajo y la desinformación sobre riesgos laborales también se traduce en el hecho de que una gran mayoría sufre los denominados trastornos músculo-esqueléticos, que son los problemas físicos más frecuentes en el colectivo. Dentro de estas afecciones, las lumbalgias son las más extendidas, dado que las sufre un 66% de las encuestadas, seguidas de las contracturas cervicales, que padece un 59% de autónomas, y la ciática, que tiene una incidencia del 21%.
Guía de embarazo y lactancia
El acto de ayer también sirvió para que ATA Castilla-La Mancha presentara “Buenas prácticas preventivas para un embarazo, postparto y lactancia materna saludable en el colectivo de trabajadoras autónomas”. Esta guía, indicaba el coordinador general, busca concienciar acerca de los riesgos laborales que afrontan estas mujeres en cada una de las etapas mencionadas, así como el modo de evitarlos o minimizarlos.
Su primera edición, que consta de 4.000 ejemplares, se distribuirá a través de asociaciones de mujeres, ayuntamientos y agencias de desarrollo local. Las autónomas también podrán descargarla de la web www.prevencion-autonomos.com, en la que ATA colgará una versión en los próximos días.
Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
