La mayor parte de los trabajadores que prolongan su jornada laboral (el 73,3%) lo hace por sobrecarga de trabajo, mientras que el 11,5% esgrime razones personales y el 6,4% alega que la realización de horas extras se debe a la escasez temporal de personal.
Sobre el tipo de contrato, ocho de cada diez trabajadores entrevistados dice tener contrato indefinido, en tanto que el 9,3% cuenta con un contrato de obra o servicio y el 3,3% con un contrato eventual por circunstancias de la producción. En general, todos los encuestados consideran poco o muy poco probable perder su empleo en los próximos doce meses.
De acuerdo con los datos del CIS, el 10,3% de los trabajadores no ha recibido información o adiestramiento por parte de su empresa para realizar su actividad, mientras que el 6% declara haberla recibido aunque de manera “insuficiente”.
CONDICIONES DE SALUD.
Uno de cada cinco encuestados asegura que en su trabajo manipula sustancias nocivas o productos tóxicos, aunque la mayoría (84,2%) cuentan con etiquetas que advierten de su peligrosidad. No obstante, el 17,6% de los trabajadores afirma desconocer los posibles efectos perjudiciales para su salud que implica la manipulación de estos productos.
Entre los principales riesgos de accidente que existen en su lugar de trabajo, los entrevistados apuntan fundamentalmente a posibles golpes, cortes y pinchazos, caídas de personas al mismo nivel, sobreesfuerzos por manipulación de cargas pesadas, caídas de objetos, materiales o herramientas, y caídas de personas desde altura.
Asimismo, siete de cada diez trabajadores señala que en su empresa o centro de trabajo existe algún delegado de prevención de riesgos laborales, en tanto que el 14,4% contesta negativamente y el 12,8% asegura que lo desconoce.
Por lo que respecta únicamente a los trabajadores dedicados a la construcción, el porcentaje de encuestados que dice contar con un delegado de prevención en la obra que está ejecutando es similar al de los trabajadores que responden negativamente o lo desconocen, con un 48,3% y un 51,7%, respectivamente.
El 13,4% de las personas entrevistadas dice haber sufrido algún accidente de trabajo en los últimos dos años, señalando como principales causas del mismo el exceso de confianza o la costumbre, y los esfuerzos y las posturas forzadas.
Además, al 3% se la ha diagnosticado algún tipo de enfermedad profesional, siendo mayoritarias las relacionadas con los huesos, los músculos y las articulaciones. De hecho, aquellos que aseguran haber acudido alguna consulta médica por culpa de su trabajo sufren se quejan principalmente de dolores de espalda y cuello.
LOS EMPRESARIOS ADMITEN RIESGOS.
El CIS realizó también esta misma encuesta a 3.912 empresarios, con resultados poco halagüeños. Así, el 55,7% de los responsables entrevistados reconoce que en su centro de trabajo hay riesgo de accidentes laborales, mientras que el 49,1% admite la probabilidad de que los trabajadores sientan fatiga, estrés, ansiedad o depresión como consecuencia de su actividad laboral.
Asimismo, casi el 60% de los empresarios reconoce que no todos los trabajadores han recibido formación específica sobre los riesgos laborales asociados a su empleo y si lo han hecho, ha sido mayoritariamente de forma verbal.
Buena parte de la actividad preventiva de las empresas se concentra en la contratación de servicios de prevención ajenos, con un 73,5% de respuestas, siendo las entidades a las que más se recurren las Mutuas de Accidente y Enfermedades Profesionales (81,5% de los casos frente al 17,6% de entidades especializadas).
Otros empresarios, en concreto el 19,6%, prefieren designar uno o varios trabajadores para prevenir los riesgos laborales, en tanto que el 11,8% opta por asumir personalmente esta función y el 9,5% dispone de un servicio de prevención propio.
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