Una sentencia del juzgado de lo social número uno de Jerez de la Frontera (Cádiz) reconoce el acoso laboral o mobbing a una trabajadora de la Base de Rota, que, además de recuperar su categoría profesional, cuya supervisora le rebajó, recibirá una indemnización de 8.000 euros.
Según informó a Europa Press una de las responsables del grupo de mujer del comité laboral de la Base, María del Carmen Domínguez, después de 31 años al servicio de EEUU en el personal laboral local, en el año 1999, la afectada, “una gran profesional, dinámica, activa y con muchos premios y ascensos a sus espaldas”, se puso a las órdenes de una nueva supervisora norteamericana.
Un año más tarde, tal y como adelanta hoy el Diario de Cádiz, la trabajadora “veía cómo sus ideas para los expositores de venta al público de una tienda, que la gente le agradecía personalmente y por carta, eran rechazadas por la supervisora, que no entendía su profesionalidad”.
La afectada acudió a sus superiores para denunciar el “maltrato psicológico y hostigamiento” a los que se veía sometida “pese a su buena labor, pero no le hicieron caso y encima se encontró con que la supervisora le cambió su horario de trabajo y la bajó de categoría profesional”.
Después de cuatro años en los que empezó a sufrir insomnio, stress nervioso y taquicardias acudió al grupo de mujer del comité laboral local, que la remitió al médico de la Base, que apreció una “ansiedad total” y recomendó que su médico de cabecera ordenara su ingreso en el Hospital de Puerto Real.
Allí le diagnosticaron trastorno ansioso depresivo, “en una persona siempre simpática y agradable, por lo que no tenía antecedentes de esta sintomatología”, por lo que el comité decidió que “había pruebas más que suficientes” para acudir a los tribunales a denunciar “un mobbing bastante fuerte y lograr una sentencia favorable”.
“GRAN VICTORIA” POR UN ACOSO DIFICIL DE FALLAR
El pasado mes de septiembre, CC.OO presentó en el juzgado de lo social número uno de Jerez la denuncia y a finales de noviembre se conoció la sentencia, en la que el juez reconocía el acoso laboral, a la vez que ordenaba que la trabajadora volviera a su antiguo puesto, el cese del mobbing y una indemnización de 8.000 euros.
A juicio de Domínguez, este fallo “es una gran victoria y en el comité estamos muy satisfechos, no sólo porque se favorece a una compañera, sino porque sentenciar un caso de mobbing es muy difícil porque no existe judicialmente”.
Por su parte, la trabajadora, de baja desde marzo de 2004, espera una sentencia del tribunal médico para reincorporarse a su antiguo puesto, al tiempo que en nombre del comité, “invitamos, con esta sentencia favorable en la mano, a que aquellos que sufran acoso en sus trabajos nos lo comuniquen”.
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