El asfalto de manganeso utilizado en las calles de la ciudad de Santana, en el Estado de Amapá (norte de Brasil), contiene la suficiente cantidad de mineral de arsénico para provocar cáncer, y de hecho ya habría podido causar otras enfermedades entre la población local, según un estudio científico hecho público hoy.
En 1997, la Alcaldía de Santana contrató a una empresa siderúrgica local que concluyó sus operaciones de asfaltado con un lote de residuos a base de manganeso con alto contenido de arsénico, a unos siete dólares la tonelada.
Un estudio de la Universidad de Pará, Estado vecino a Amapá, publicado hoy en el diario Folha de Sao Paulo, demuestra que el contenido de arsénico en estos residuos es mayor que el permitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Actividades como andar descalzos por las calles o bañarse en los ríos cercanos pueden entrañar riesgo de cáncer de piel y pulmón en los 80.000 habitantes de Santana, donde sólo hay un hospital.
Numerosos habitantes ya presentaron signos de intoxicación crónica como manchas en la piel, dolor de cabeza, vómitos, diarrea o anemia, subrayaron los expertos de la Universidad de Pará. De las 100 personas que fueron examinadas por los médicos, 72 tenían problemas respiratorios, 62 erupciones en la piel y 27 disfunciones en el hígado.
El actual alcalde de la localidad, Rosemiro Rocha, ha presentado una denuncia contra la compañía siderúrgica que vendió las 12.000 toneladas de material por no haber advertido del peligro que implicaba su uso y le ha impuesto una multa de 22 millones de dólares por daño ambiental.
Según los responsables de esta compañía, llamada Icomi, el manganeso es un material que naturalmente contiene arsénico, que es altamente venenoso.
El material que la Alcaldía utilizó para asfaltar fue donado y nunca pasó los controles necesarios, que eran responsabilidad de las autoridades municipales, afirman los responsables de Icomi.
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