José Luis Palomeque Rodríguez, de 38 años, vecino de Orcoyen y administrador y responsable de la empresa Bloycoma S.L., ha sido condenado a un año y ocho meses de prisión como responsable de la muerte, en un accidente laboral ocurrido en febrero de 2000 en el polígono de Landaben, de Víctor Erviti López, de 24 años, que se cayó desde una altura de 6,5 metros cuando una carretilla dobló el andamio en el que se encontraba.
La víctima residía con sus padres y una hermana, a los que tendrán que indemnizar con 85.312 euros y 14.100 euros, respectivamente. Además, deberá pagar 7.100 euros a otra hermana. La compañía aseguradora Bilbao se deberá hacer responsable hasta un límite de 80.151,81, contratado en la póliza, y, de forma subsidiaria deberán responder Bloycoma, dedicada a la colocación de bloques en construcciones, y, sucesivamente, Alquizu S.L., la empresa promotora de la obra, ubicada en la calle E del polígono, y que, según la sentencia, debió supervisar las condiciones de la subcontratista.
A las 8,15 horas del 8 de febrero de 2000, Víctor Erviti López subió al primer piso de un andamio, situado a 6,5 metros del suelo para ayudar a un compañero a coger un carro con mortero que necesitaba y que le iba a alcanzar otro trabajador por medio de una carretilla elevadora.
El conductor procedió a subir la carga pero en la maniobra golpeó con las uñas la plataforma, que quedó doblada. Víctor Erviti resbaló y cayó al suelo, ya que no llevaba puesto el cinturón de seguridad. Sufrió un traumatismo craneoencefálico, que favoreció la aparición de la meningitis bacteriana que le provocó la muerte el 28 de ese mes.
No llevar el cinturón de seguridad fue la causa inmediata del accidente, ya que no existía otra medida colectiva. “No hubiera evitado el efecto sobre la chapa pero sí la caída y fallecimiento del trabajador”, destaca la juez en la sentencia.
Sin medidas de seguridad
Además, la magistrada señala que el acusado no había adoptado ninguna medida de seguridad en el lugar, ni había impartido formación a los empleados, ni instrucción sobre la utilización de los protectores individuales, “dejando una actividad tan peligrosa como la subida de materiales a la pericia del trabajador, que en este caso era insuficiente”, apunta la juez, para recordar después que tanto Erviti como el otro trabajador llevaban escasos meses en ese trabajo y el conductor de la carretilla no tenía la preparación adecuada.
Asimismo, destaca que Bloycoma no había elaborado un plan de seguridad y salud de la obra, ni disponía de evaluación de riesgos, ni había constituido el servicio de prevención de riesgos, ni existía la figura del coordinador de seguridad, además de no formar ni informar a los empleados. “La causa del accidente y del fallecimiento fue la ausencia de medidas de protección individual y colectiva adoptadas por la empresa y la falta de instrucciones en materia preventiva”, determina.
La juez, tras recordar la normativa sobre riesgos laborales, indica que la actividad genera múltiples riesgos y que los trabajadores tienen derecho a una protección eficaz en materia de seguridad y salud. “Bloycoma infringió un deber de cuidado”, añade. Así, Palomeque es condenado a un año de cárcel por un delito de homicidio por imprudencia y a ocho meses por un delito contra la seguridad en el trabajo, así como 1.200 euros de multa.
El fiscal pedía un año de cárcel por cada delito. La acusación particular consideraba que los hechos eran constitutivos de delitos contra los trabajadores e imprudencia grave, de los que responsabilizaba, además de al acusado, al administrador de la promotora de la obra, Alquizu S.L., y al autor del proyecto de obra. También consideraba que el conductor de la carretilla era autor de un falta de imprudencia leve. Pedía 20 millones de pesetas para los padres. La defensa consideró que no había delito alguno y el acusado no se conformó con la pena solicitada por el fiscal.
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