Jesús Cerezo Cases, oriolano de 45 años, falleció ayer aplastado por tres losas de mármol de una tonelada de peso. El gerente de Lápidas Esteve y Cerezo era muy apreciado en Orihuela y la Vega Baja, por su buen hacer empresarial y talante siempre de compañerismo, y sincera camaradería, con el resto de trabajadores de su empresa. Ha muerto cuando les ayudaba a realizar labores arriesgadas.
El camión llegó cargado con las siempre temidas losas y los empleados salieron a la puerta de las instalaciones a colaborar en la descarga, cuando Jesús apareció para echarles una mano. Al apoyar la grúa en el suelo un paquete de losas, por causas desconocidas, tres se desplazaron hacia el lugar donde se encontraba la víctima, sin que ésta tuvieran tiempo de apartarse para salvar la vida.
Murió camino del hospital
Los operarios corrieron apresurados y nerviosos a levantar el peso, con la intención de liberar a Jesús, pero por desgracia nada pudieron hacer al hallarlo inconsciente y con evidentes síntomas de estar al límite de sus fuerzas. El pulso le latía muy débil y todos temían lo peor, cuando apareció una ambulancia del destacamento de la Cruz Roja situado a cien metros de la fábrica.
En cuestión de segundos lo pusieron en una camilla e iniciaron a la desesperada el traslado la Hospital Vega Baja, con la esperanza de hallar allí una mano salvadora, pero Jesús fallecía durante el desplazamiento por la carretera. En cuerpo fue velado por cientos de oriolanos que se acercaron ayer por la noche a dar el pésame a la familia. La misa del sepelio será a las cinco y media de esta tarde en la iglesia de Santiago.
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