El Ministerio Fiscal y la acusación particular mantuvieron sus peticiones de cárcel que suman cinco años y medio y nueve años de prisión, respectivamente, para dos técnicos como presuntos responsables en septiembre de 2005 de la muerte de una trabajadora de 22 años y las lesiones sufridas por otro compañero al desprenderse de uno de sus extremos el andamio en el que se encontraban subidos.
Durante el juicio, que se prolongó a lo largo de nueve horas en el Juzgado de lo Penal número 1 de Valladolid, los dos acusadores achacaron el accidente a la falta de medios de seguridad por parte de la fallecida y del operario que la acompañaba, en concreto de una “cinta o hilo de vida” sujeto a un punto fijo para impedir su caída, además de que el andamio no disponía de barandilla en el punto por el que se desprendió, pese a lo cual ninguno de los tres imputados tomó medidas al respecto, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
Por contra, las defensas, que solicitaron un fallo absolutorio, sostuvieron que el andamio en sí ya era un elemento de seguridad y añadieron que dicha plataforma contaba además con tres cables de sujeción, sin que, como así establecieron los peritos, hubiera sido posible determinar la causa del siniestro. De hecho, con posterioridad al accidente, el andamio volvió a ser montando y probado varias veces, incluso con una carga de 700 kilos, y funcionó a la perfección.
La acusación pública imputó a los tres acusados, un delito de homicidio por imprudencia grave y otro de lesiones y solicitó para cada uno de ellos una pena de año y medio por el primero y cuatro meses por el segundo, junto con el pago de indemnizaciones próximas a los 120.000 euros.
Por su parte, la acusación particular, en representación de la operaria fallecida, tipificó los hechos como un delito de homicidio por imprudencia grave y otro contra los derechos de los trabajadores y pidió para cada uno de los imputados una condena de tres años, además del pago de las indemnizaciones oportunas.
La investigación del accidente corrió a cargo del Juzgado de Instrucción número 4 de Valladolid, que en un principio imputó a los tres citados técnicos y al aparejador de la obra, si bien finalmente acordó sobreseer la causa contra este último.
El siniestro se produjo sobre las 08.30 horas del día 30 de septiembre de 2005 cuando los trabajadores que se hallaban subidos a un andamio situado a la altura de un cuarto piso, realizaban tareas de limpieza de la fachada en el patio de luces de un edificio en construcción sito en la parcela 11.1 del Plan Parcial Villa del Prado.
Fue entonces cuando una viga de sujeción se desprendió del gancho que sujetaba la plataforma en uno de sus extremos, con lo que el andamio quedó en situación vertical y pendulante. La joven murió tras caer al vacío, mientras que su compañero, de 52 años, tuvo más fortuna y logró agarrarse a la barandilla de un andamio contiguo, hasta que más tarde pudo ser rescatado a través de una ventana del edificio.
Ya el mismo día del accidente, el responsable de Salud Laboral de MCA-UGT, Pedro Hojas, se personó en el escenario de los hechos y anticipó que ambos operarios no llevaban ningún sistema de sujeción ni de protección individual, lo que, en su opinión, evidenciaba un “claro incumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales”.
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