El acoso psicológico en el trabajo afecta en España a un millón y medio de personas, aproximadamente el 12% de la población activa, según el psicólogo Iñaki Piñuel, profesor del Departamento de Ciencias Empresariales de la Universidad de Alcalá. Piñuel, autor del libro Mobbing: Cómo sobrevivir al acoso psicológico en el trabajo, participó en la UPNA en una jornada organizada para llamar la atención sobre fenómenos como el agotamiento de los trabajadores, el cansancio psíquico hasta la extenuación o el hastío del trabajo, que ha crecido paralelamente a la mayor exigencia de calidad de los sistemas de producción y de servicios.
Conocido en castellano como acoso psicológico en el trabajo, hostigamiento laboral o psicoterror, el profesor de la Universidad de Alcalá definió el mobbing como “un comportamiento de hostigamiento psicológico, continuado en el tiempo, con una frecuencia al menos semanal, que produce en las víctimas un enorme daño psicológico y físico, conlleva bajas laborales continuadas y en ocasiones el fin anticipado de su vida laboral”.
Piñuel distinguió hasta 45 comportamientos diferentes, como hacer el vacío a la persona, criticar sistemáticamente cuanto hace, infundir calumnias o rumores sobre ella, destruir su reputación, inducirla a error, dejarla sin nada que hacer o sobrecargarla con todo el trabajo, rebajar sus tareas o responsabilidades.
Estos comportamientos se caracterizan por ser repetidos, pues se producen durante más de seis meses y con una frecuencia superior a una vez por semana, circunstancias que son las que más deterioran y cuyas secuelas resultan gravísimas.
Aseguró que “siempre ha habido mobbing, pero lo nuevo es la estadística emergente. En la década de los 80, la tasa de afectados era del 3,5%, mientras que la Organización Internacional del Trabajo calculó que en los 90 era del 5%, y en este momento el Barómetro Cisneros de la Universidad de Alcalá nos da un índice aproximado del 12% de la población activa”.
Se trata pues de un problema que afecta a millón y medio de personas aproximadamente, por lo que es “un problema enorme desde el punto de vista estadístico.
Por sectores, la Administración Pública aparece como el más afectado por estos comportamientos, porque “como no se puede despedir a una persona, para librarse de ella se la intenta destruir psicológicamente”, y añadió que la educación y la sanidad son otros dos ámbitos en los que resulta frecuente el acoso psicológico, que también se da en los medios de comunicación.
Explicó que en España la precariedad laboral es una de las principales explicaciones del mobbing, que afecta principalmente a los JASP (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados), menores de 30 años, con contratos basura, que “suelen ser hostigados por trabajadores de más edad ya que ven en ellos una amenaza y que se dedican a destruirlos antes de que se queden con sus puestos de trabajo”.
Junto a estos trabajadores, las mujeres en situación de vulnerabilidad son las que más sufren el acoso psicológico, y que principalmente se trata de mujeres separadas, viudas o madres que no tienen pareja y mantienen a la familia. Además del daño que sufre el trabajador afectado, el experto afirmó que “frecuentemente el entorno de la víctima reacciona mal, estigmatizándola más. Se desarrolla un mecanismo que consiste en pensar que la víctima algo habrá hecho para merecer lo que le ocurre. Incluso las personas neutrales del entorno desarrollan esas teorías explicativas y entonces rematan a la víctima”.
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