La creación del delegado sindical de prevención de riesgos laborales en el ámbito territorial rompió el pasado miércoles la mesa de diálogo social sobre Seguridad y Salud en el Trabajo, desarrollada entre el Gobierno, las patronales (CEOE y Cepyeme y los sindicatos mayoritarios, según informó Dolors Hernández, de UGT. Se trata del primer fracaso de esta índole registrado desde que el PSOE llegó a La Moncloa.
La sindicalista explicó que las organizaciones empresariales se oponen rotundamente a que la existencia del delegado territorial sea una imposición. CC OO y UGT mantienen que dado el elevado incumplimiento de la Ley por parte de los responsables de las compañías, sólo es posible que se cree la nueva figura si su naturaleza tiene carácter obligatorio. Así las cosas, corresponderá al Gobierno la decisión final.
La falta de entendimiento en esta mesa y la gravedad del problema a solucionar (cerca de 1.000 muertos al año) choca con los acuerdos conseguidos en otros foros.
El delegado territorial desempeñaría funciones de control y denuncia en materia de prevención de riesgos laborales, es decir, podría actuar sobre las empresas y vigilar el cumplimiento de la normativa existente en aquellas pequeñas sociedades (con menos de seis empleados) que carecieran de medios para tener su propio representante. La figura ya existe en Navarra y Asturias. También se aplica una representación similar en Andalucía y en Castilla y León. Para UGT y CCOO, la importancia del delegado territorial radica en que «puede entrar en la empresa y ver lo que ahí ocurre».
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