Esta prestación ha supuesto un gasto de 45 millones de euros. Fue desde enero de 2007, según un informe elaborado por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia.
Embarazo y trabajo pueden constituir en algunos casos un binomio de alto riesgo. Así lo contempla la Ley de Dependencia, en vigor desde enero de 2007, que contempla una nueva prestación referida a la baja laboral, al considerar como riesgo profesional el embarazo en algunas circunstancias. Una modalidad de baja laboral de la que se han beneficiado ya 13.500 mujeres y que ha supuesto un gasto de 45 millones.
La incapacidad para desarrollar una actividad laboral durante el embarazo puede deberse a tres causas, según un informe realizado por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) para el Instituto Nacional de la Seguridad Social, que fue presentado ayer: por el propio embarazo, por complicaciones propias del embarazo o por la exposición ocupacional.
Los principales riesgos laborales para el embarazo son los derivados del contacto con productos químicos o tóxicos, biológicos, ambientales o de procedimientos industriales, además de otros riesgos, como la manipulación de objetos pesados o trabajar bajo condiciones muy exigentes desde el punto de vista físico.
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