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Según estudios de referencia, el ‘burn-out’ afecta entre el 10 y el 20 por cien de los profesionales sanitarios.
Existen varios tipos de factores para padecer este síndrome, fundamentalmente el estrés profesional: un tipo de factor en el ámbito laboral en que se ejerce.
Por ejemplo y centrándonos en el sanitario, lo sufren de forma especial los médicos y las enfermeras que trabajan en unidades de cuidados intensivos y/o paliativos, también los que atienden a pacientes con una alta tasa de mortalidad.
Como veras, todo ello, se asocia a un mayor riesgo de desgaste profesional. Hay otros factores de índole personal e individual, como aquellas personas inestables, ambiciosas, inseguras etc..
También podemos hablar de cuestionas de tipo organizativo, como la falta de medios o un mal aprovechamiento de ellos.
También es importante saber darse cuenta a tiempo, y , al igual que en las otras profesiones en la sanitaria se encuentra la desmotivación, el agotamiento físico y mental etc. como elemento más común en la aparición de síntomas.
También el agotamiento, insomnio o los problemas sociales y laborales.
Un factor que puede resultar determinante para combatir este problema puede ser, rodearte de quien o quienes te puedan aportar la motivación e ilusión suficiente; en definitiva, algo o alguien que te haga olvidar el estrés.
El burnout es un síndrome de agotamiento emocional, despersonalización y reducción del logro personal que se produce en individuos que trabajan proporcionando algún tipo de cuidado a otras personas.
Si bien es cierto que las consecuencias físicas con el estres son bastante parecidas, el método de detección de uno y otro problema es totalmente distinto.
Los colectivos de personas más afectados por el burnout son los educadores, los trabajadores sanitarios y los profesionales de instituciones de servios sociales.
Los educadores o profesores se ven sometidos a presión por variables como pueden ser las condiciones deficientes de sus entornos de trabajo, el escaso prestigio social de su profesión, la falta de apoyo laboral, el escaso interés de los alumnos, el escaso material escolar de que pueden disponer,….
Mientras que los sanitarios, todos sabemos que están sometidos a una gran presión de tiempos, una gran carga de trabajo, tienen que realizar tareas burocráticas y además, atender a los pacientes, que esperan que se les trate como personas y no como objetos.
Los trabajadores sociales se ven forzados a implicarse durante horas en los problemas y preocupaciones de las personas con las que se relacionan profesionalmente, y cuando llegan a situaciones en que comprenden a las personas que tienen delante y no pueden ayudarlas, y encima, si esto pasa día tras día, llegan a quemarse.
Todos estos problemas dan lugar a unas consecuencias, tanto a nivel físico (fatiga crónica, dolores de cabeza, dolores musculares, alteración del sueño, hipertensión, problemas gástricos), emocional ( deseos de aislamiento, irritabilidad, baja autoestima, ideas suicidas )o conductual (consumo de alcohol y tabaco, comportamientos arriesgados, conflictos familiares ).
La aparición del burnout en el tipo de trabajadores que te he comentado antes, se puede reconocer por el descenso del rendimiento laboral, el absentismo, notas que a esa persona ya no la gusta la tarea, ha perdido el interés y, lo más notorio es cuando el afectado por burnout abandona el trabajo. Como has podido verlas consecuencias del burnout tienen bastante semejanza con el estrés laboral, pero la diferencia clave está en que en el burnout se trabaja con personas.
Estresarse puede hacerlo cualquier trabajador, pero para estar burnout hay que estar con personas y no poder atender a todas sus demandas o no atenderlas como nos gustaría.
las referencias de la legislación que conozco sobre el tema:
·Orden de 26 de julio de 1973, por la que se homologan cinturones de seguridad para vehículos automóviles. (BOE: 1-8-73).
·Orden de 30 de julio de 1974, por la que se homologan los anclajes de cinturones de seguridad para vehículos automóviles. (BOE: 9-8-74).
·Orden de 29 de abril de 1982, por la que se dejan de considerarse válidas las homologaciones concedidas al amparo del Reglamento de 31-7-65. (BOE:3-5-82).
·Reglamento número 14 sobre prescripciones uniformes relativas a la homologación de vehículos en lo que se refiere a los anclajes de cinturones de seguridad en los automóviles de turismo, anejo al Acuerdo de Ginebra de 20 de marzo de 1958 relativo al cumplimiento de condiciones uniformes de homologación y reconocimiento recíproco de la homologación de equipos y piezas de vehículos de motor (publicado en el BOE: de 20-4-83).
·Reglamento número 16 de fecha 10 de noviembre de 1994, sobre prescripciones uniformes relativas a la homologación de cinturones de seguridad y dispositivos de retención para los ocupantes adultos de vehículos automóviles, anejo al Acuerdo de Ginebra de 20 de marzo de 1958, relativo a la adopción de condiciones uniformes de homologación y al reconocimiento recíproco de la homologación de los equipos y piezas de vehículos de motor (publicado en el BOE: de 23 de noviembre de 1972).
·Directiva 96/38/CE, de 17 de junio de 1996, de la Comisión, por la que se adapta al progreso técnico la Directiva 76/115/CEE del Consejo relativa a la aproximación de las legislaciones de los Estados miembros sobre los anclajes de los cinturones de seguridad de los vehículos a motor. (DOCE: 26-7-96).
·Directiva 96/36/CE, de 17 de junio de 1996, de la Comisión, por la que se adapta al progreso técnico la Directiva 77/541/CEE del Consejo relativa a la aproximación de las legislaciones de los Estados miembros sobre los cinturones de seguridad y los sistemas de retención de los vehículos a motor. (DOCE: 17-7-96).
Infórmate de la vigencia de estas, no puedo asegurarte la vigencia de las primeras, que como puedes ver tienen sus años. De todas formas seguro que te servirán para un primer acercamiento. Esperando que te sirva de ayuda JLF.
