Reflexión sobre un accidente

Estimados compañeros, ayer por la mañana hubo un grave accidente en Madrid. Murió un hombre de 21 años y otro de 38 en estado crítico. Cual sería mi sorpresa cuando por la tarde llegó mi hermano pequeño (21 años y oficial de 1ª de fontanería) con la cara descompuesta. Me contó que estaba haciendo un taladro cuando oyó un silbido agudo, un potente estruendo, otro silbido y otro estruendo aún más terrible. Pensó que se trataba de una bomba, o una explosión, o cualquier otra cosa menos ESO. Los operarios estaban terminando de colocar unos ganchos en el techo del ascensor. Lo tenían parado a la altura de un 5º piso e iban a colocar el motor, que tenían colgando con una polea grande y cuatro pequeñas de la estructura del hueco.

Al parecer se rompió la polea y el motor cayó, cogió a estos pobres a la altura del 5º piso, hundió al ascensor y los estampó contra el suelo.

Mi hermano bajó rápido a ayudar, pero no pudieron hacer nada. El samur intentó reanimarlos, pero uno murió en el acto y el otro en parada cardiorrespiratoria y muy grave. Mi hermano, sin grandes conocimientos en medicina, me dijo que “ese” no lo cuenta. Maldita razón.

Me contó que 15 minutos antes había estdo desayunando con estos dos chavales, y hablando de fútbol, mujeres y esas cosas. 15 minutos más tarde esos compañeros estaban completamente destrozados por 1000 kilos de hierro.

Uno, a pesar de haber visto muhcos accidentes nunca se acostumbra a que la sombra de la muerte pase tan cerca de la familia, aunque sólo sea así. Uno siente miedo de que algún familiar que trabaja en algo peligroso sufra daños.

Con esto pretendo transmitir que la actitud en seguridad los es todo.

Nada cuesta ser previsor en comparación con lo que se puede perder.

Amig@s, ayer fue para mi familia un día amargo, un día extraño. Un día en donde uno siente que las cosas por las que luchas a diario son vulnerables.

Ayer sentí impotencia, pero mi ánimo como preventor creció al ver que mi exagerada rigidez con las normas y los riesgos laborales estaba bien encaminada.

En seguridad no se puede ser condescendiente, no se trata de ser un sargento, pero las cosas peligrosas hay que tomárselas en serio.

Saludos.