PernoUno

Sólo aparentemente, para la generalidad de los directores de empresas, que a su vez son ingenieros casi todos, cuando no abogados, los ingenieros parecieran disponer de una serie de cualidades como las suyas: INTELIGENCIA, AUDACIA, ESPIRITU ETICO, LEALTAD, HONORABILIDAD, etc. Es decir una serie de condiciones subjetivas que se designan con palabras grandiosas. Yo soy un ingeniero, pero con minúscula, surgido formado desde una escuela industrial, a una escuela de técnicos y a una escuela de ingenieros industriales y por largo tiempo pequé de creer que SOLO los ingenieros eran capaces de cumplir las tareas que mi universo profesional exigía. La experiencia me ha enseñado que no todos los Ingenieros, son tales dechados de maravillas. El problema, como todos los de origen subjetivo, es difícil de atender para darle una solución racional. La profesión de Prevención de Riesgos, se mueve sobre una delgada línea entre la ingeniería (la obra en si) y el hombre (el accidentado). Muchas veces para los ingenieros sólo vale la obra y el sagrado tiempo marcado por el plazo fatal. El hombre, puede esperar, porque puede ser reemplazado por otro completo y si tienen suerte hasta por uno de menor salario. Y ahí reside el peligro de los que son agenos a la profesión ya que en su condición de ‘artscis’ (del ingles Art and Sciences, todo lo que queda fuera de la Ingeniería) tienden a hacer muchas preguntas y a encontrar conexiones que el ingeniero muchas veces ignora, en relación, al hombre, las condiciones normales de trabajo, los tiempos normales, el ambiente de trabajo, el diseño de las estaciones de trabajo, la calidad de las herramientas, el estado emocional del obrero, sus problemas humanos, etc. No debe olvidarse que la Prevención de Riesgos, es una de las pocas disciplinas que permanecen en defensa del trabajador, de las muchas generadas en el mundo socialista que ya se fué y que ha sido impuesta a la Ingeniería, por la Oficina Internacional del Trabajo, con sede en Ginebra. Para lograr darle a la profesión mayor fuerza en su espíritu humanista que ponga al hombre por sobre la obra, debe darse una larga batalla gremial dentro de la misma profesión. El único problema es que la mayoría de los afiliados a los gremios, son ingenieros y ya no tenemos un mundo socialista donde recurrir. Pero aún es posible encontrar entre los ingenieros, profesionales honestos. Persevera, lucha e impone tu condición de bióloga, ya que nadie, ni aún los ingenieros, pueden desconocer que sin hombres, pueda haber, INGENIERIA.